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Rebajar sanciones

Cinco años después del inicio de la guerra del Golfo, Irak ha dado dos pasos que los aliados presentan como una alarmante amenaza. La pasada semama, Bagdad comenzó a destruir cinco máquinas que podrían haber sido utilizadas para fabricar partes de misiles balísticos. También ha comenzado a acceder a las demandas de la ONU para someter a examen su programa de armamento biológico. La amenaza está en la posibilidad de que Irak pronto habrá satisfecho los requerimientos impuestos para levantar una importante parte de las sanciones internacionales. Estados Unidos y Reino Unido, ahora bajo la presión de otros miembros del Consejo de Seguridad, pronto no tendrán excusa para que el embargo sobre el petróleo iraquí se levante (...).Hace sólo un mes, Bagdad todavía insistía en que nunca destruiría Ias máquinas ahora desmanteladas. Lo que es más importante, el dispositivo temporal para facilitar las sanciones -la opción de alimentos por petróleo propuesto en la resolución del Consejo de Seguridad 706 y 712- ha sido durante mucho tiempo rechazada por razones de soberanía. (...)Mientras el control impuesto por la resolución 687 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre el programa de armamento iraquí era de una dureza sin precedentes, la comunidad internacional ha fracasado en actuar con similiar energía en su oposición al abuso de los derechos humanos del régimen. (...)

31 de julio

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