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Rusos y chechenos firman un plan de paz en Grozni

Pilar Bonet

Las delegaciones de Rusia y Chechenia en las conversaciones de paz de Grozni firmaron en la madrugada del domingo un acuerdo militar que prevé el cese a partir de ayer mismo de los enfrentamientos bélicos que comenzaron en diciembre de 1994, cuando el Kremlin envió sus tropas a la república secesionista caucásica para combatir al general Dzhojar Dudáiev. El acuerdo, producto de más de un mes de arduo diálogo, prevé retirar la mayoría de las tropas rusas y el desarme de las chechenas, pero se enfrenta a rechazo por parte de Dudálev.

El jefe de la delegación rusa se felicitó del acuerdo pero el general Dudáiev, líder de los independentistas chechenos, lo desautorizó. Horas antes, el jefe de la delegación chechena, Usman Imáiev, había asegurado que Dudáiev estaba de acuerdo. Radio Libertad y la televisión independiente Itogi difundieron el rechazo de Dudáiev al plan de paz porque, a su juicio, "la parte rusa ha utilizado amenazas y engaños para forzar a la delegación chechena a la firma del acuerdo".

La delegación chechena, a juzgar por lo dicho ayer por el ministro del Interior de Rusia, Anatoli Kulikov, en una conferencia de Prensa celebrada en Grozni, se ha comprometido a colaborar en la captura del guerrillero Shamil Basáiev, protagonista de la toma de rehenes de hospital Budiónnovsk. Los chechenos han firmado un protocolo en el que condenan el terrorismo y "prometen ayudar a detener a los terroristas en relación a la tragedia de Budiónnovsk", dijo Kulikov.

El acuerdo alcanzado en Grozni establece un retroceso de dos a cuatro kilómetros de la línea de frente en toda su longitud por parte de todos los combatientes, y el desarme progresivo de las formaciones chechenas armonizado con la retirada de las tropas rusas, con excepción de dos brigadas -una del Ejército y otra del Ministerio del Interior- que permanecerán en la república caucásica.

Los chechenos podrán organizar grupos de autodefensa de 15 a 25 personas armadas en los pueblos, y los rusos podrían proceder a la compra de armamento a la población, según manifestó Kulikov. Ambas partes intercambiarán mapas de los campos minados y del emplazamiento de sus efectivos militares. Chechenos y rusos intercambiarán todos sus prisioneros esta semana. Kulikov anunció que los rusos tienen 1.325 personas e hizo balance de sus bajas: 1.800 muertos, 6.500 heridos y 250 desaparecidos. Serán gararantes del acuerdo un representante del presidente ruso y una comisión observadora especial, que incluirá a representantes de la OSCE.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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