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Pale pide a Belgrado que ayude con armas a sus 'hermanos' de la Krajina croata

La dirección de la autoproclamada República Serbia de Bosnia-Herzegovina ha solicitado a la República Federal de Yugoslavia (RFY), que incluye Serbia y Montenegro, la entrega de ayuda militar a los serbios secesionistas de Krajina, que se enfrentan a "la agresión croata", indicó ayer en Parlamento serbobosnio, Momcilo, Krajisnik, hombre próximo a Radovan Karadzic. Krajisnik denunció, además, la actual ofensiva croata en Bosnia central, que ya ha logrado la conquista de dos importantes localidades en el sur de Bosnia central, Glamoc y Grahovo, pues la considera una "agresión del Ejército regular de Croacia" contra la República Serbia de Bosnia-Herzegovina. Krajisnik añadió que esa ofensiva es "una grosera violación de las normas, de derecho internacional".

Los serbios de Krajina (territorio ocupado por los serbios de Croacia desde 1991) no han dudado en cruzar la frontera yayudar a los serbios de Bosnia en el asalto a Bihac.

Pese a los triunfos de las tropas de Karadzic en los enclaves musulmanes de Bosnia oriental, Srebrenica y Zepa, todos los expertos destacan que ambos ejércitos serbios tienen problemas de suministro, que, si bien no se han puesto de manifiesto ante la Armija bosnia, muy inferior en cantidad y calidad de armamento, pueden quedar al descubierto y sufrir un serio revés ante las bien equipadas tropas croatas.

A pesar de la presunta neutralidad de Belgrado, la revista estadounidense Aviation Week denuncia en su último número que los serbobosnios se han hecho con más de 30 baterías de misiles tierra-aire SA-10 de fabricación rusa, que podrían ser utilizados, no contra los croatas, sino contra la OTAN.

Advertencia de Zagreb

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En Belgrado no hay nervios. El presidente Slobodan Milosevic, arquitecto de ambas guerras, la de Croacia y la de Bosnia, y ahora empujado a la búsqueda de la paz, reunió ayer el Consejo Supremo de Defensa de la República Federal. A su término, un comunicado pidió a todas las partes la celebración de negociaciones inmediatas con el fin de alcanzar una solución estable "en el respeto de los intereses legítimos de todas las partes".

Zagreb respondió a esta petición tras la entrevista que el presidente Franjo Tudjman mantuvo ayer con el enviado especial de la ONU para la antigua Yugoslavia, Yasushi Akashi. La presidencia croata hizo público que acepta "volver a encontrarse con los representantes de los serbios secesionistas"; que si hay negociaciones, éstas deberán "desarrollarse necesariamente en Croacia", y que "si la parte serbia no muestra su voluntad de negociar seriamente, Croacia se verá obligada a recuperar el territorio que le fue ocupado y a colaborar con la Federación Croato-Musulmana en la liberación de Bihac".

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