Las piscinas vecinales incumplen las normas que las equiparan a las públicas
Guía de piscinas nudistas, separadas, deportivas y masificadas que compiteni por atraer a los que huyen del calor
Las piscinas vecinales, un lujo que ha dejado de ser minoritario, tienen la obligación de cumplir la misma estricta normativa que las piletas públicas. Pero el coste de un médico y un socorrista en cada una, como exige la norma, convertiría muchas de ellas en inviables. Sólo se sustraen a esas duras directrices las piscinas estrictamente unifamiliares. El Ayuntamiento de Madrid hace la vista gorda en muchas de las 500 piscinas que tiene que controlar."Si obligáramos a todas las piscinas de vecinos a cumplir todas las normas, parecerían más una central nuclear que otra cosa", declara Rafael Morán, jefe del departamento de Inspecciones de la Dirección de Servicios de Consumo del Ayuntamiento.
"Tenenlos que inspeccionar en función del número de usuarios", dice. Y pregunta: "¿Se debe gastar el dinero de los madrileños en ver si el agua en que se bañan tres señores está sucia? Si son dos vecinos los que cogen hongos en su piscina, eso no justifica los gastos que supone la inspección sistemática y constante", declara.
De hecho, en la Comunidad de Madrid circula un estudio para cambiar la normativa y adaptarla a una nueva realidad: no es lo mismo una piscina a la que acuden a bañarse tres personas que una a la que van 500.
En la oficina de la Unión de Consumidores de España no se reciben quejas sobre la insalubridad de las piscinas. El Ayuntamiento dispone de un cuerpo de 21 inspectores farmaceúticos, uno por cada Junta Municipal, que se encarga del control de las aguas. El problema de la seguridad tampoco parece preocupar. El municipio dispone de unos 150 socorristas para atender 20 piscinas cubiertas y 25 al aire libre.
Quienes no tienen piscina en casa pueden bucear hoy en El País Madrid, que ofrece en este número una guía de recintos para todos los gustos: nudistas, para mujeres, sin niños, para deportistas, solitarias o masificadas.
PÁGINAS 4 Y 5
Madrid chapotea
Dicen que los madrileños ya no van a las piscinas públicas. Que hoy día los edificios que se construyen incorporan un espacio para el chapuzón, además de un garaje. Pero cuando el calor aprieta el personal está incluso dispuesto a abandonar la oficina, aprovechando la hora de comer, para olvidar bajo el agua los calores de asfalto. Y así ocurre estos días: el verano se ha presentado. de repente. La asistencia a las piscinas del Ayuntamiento ha crecido en los últimos días un 45% con respecto a las primeras semanas de julio, un 25% en las de la Comunidad. Sin embargo, a estas alturas del verano ha habido 400.000 bañistas menos en las piscinas municipales que el año pasado. En la capital hay más de 5 0 piletas registradas (cubiertas y de verano). De ellas, 73 son públicas, 47 privadas y más de 400 son de comunidades de vecinos.La piscina autopista. Las grandes letras que indican la Piscina Club Stella se divisan ya desde la autovía. Y sentado en el restaurante de la piscina se tiene una visión espléndida del tráfico de la capital. El ruido del sinnúmero de coches y camiones que pasan por la M-30 camufla la algarabía de los bañistas.
A partir de las seis de la tarde el público no puede permanecer en el céspedm -empiezan a regar- y todos se juntan alrededor de la pileta. Una mujer de unos 35 años con formas muy femeninas practica ejercicios físicos sin dejarse irritar Dor el ruido.
A Eloisa y Vicente, echados en una tumbona de alquiler, tampoco les molesta: "Incluso nos encanta ver cómo ahí abajo. la gente tiene que trabajar". Durante sus vacaciones vienen casi todos los días. "La piscina es un poco más cara que otras, y por ego no hay tanta gente", añade Eloisa, de 35 años. Los servicios están muy limpios. Pero en los vestuarios femeninos, pintados de rosa, el olor a colonia barata encuentra su reino. Además, el club tiene un restaurante donde se come à la carte, y no, como en otros, plato combinado y menú del día.
Piscina Stella._Arturo Soria, 231. Abierto de 11.00 a 20.00. Lunes a viernes, 800 pesetas. Sábados, 900. Festivos, 1.000.
La más celestial. Hay quien prefiere bañarse tocando cielo, con el palacio Real al fondo. El hotel Emperador es uno de los pocos sitios desde los que uno puede bañarse contemplando desde lo alto el paisaje urbano. Hubo una piscina instalada en la cima de la torre España, pero cerró hace tres años. La piscina del Emperador, de 50 años de antigüedad., ha bañado los glamourosos cuerpos de Jorge Negrete, Brian May -guitarrista de Queen- o Chrissie Hyde -cantante de The Pretenders- más recientemente. Pero el pueblo llano también acude a la cita del baño celestial. Eduardo Atienza, estudiante de 15 años, coge el metro en Aluche y se cruza la ciudad con sus amigos para disfrutar de la piscina de este hotel de cuatro estrellas. "Hay menos macarras", dice, "y se liga más porque hay menos chicos". El resto de la clientela prefiere no hablar de la. piscina: que no corra la voz, dicen. .
Piscina del hotel Emperador. Gran Vía esquina a San Bernardo. Metro Santo,Domingo. De 11.00 a 21.00. 1.500 pesetas. A partir de las 15.00, 1.000. Reservado el derecho de admisión. Aforo restringido.
Para musculitos. Los cuerpos danone van a la piscina del Canoe. También hay panzitas felices y bracitos huesudos, como en todas partes, pero no tantos. Allí acuden atléticos nadadores y jugadores de baloncesto del club Canoe, luciendo sus cuerpos en una piscina tranquila y de césped muy bien cuidado. Las chicas que acuden al Canoe están encantadas. "Si no se liga, por lo menos se hacen amigos", dice Amaya, de 17 años. José Luis Hidalgo, gerente del club, recuerda: "El baño social coincide aquí con el deportivo", comenta. Hay veces que en la piscina se habilitan cinco calles para que entrenen los chavales del equipo de natación.
Piscina Canoe. Pez Volador, 30. Metro Estrella. De 10.00 a 21.45. Laborables, 625. Domingos, 950. Aforo restringido.
Adiós al griterío infantil. No se escucha el bullicio de niños tan común en las piscinas de verano. En la de la Universidad Complutense, estudiantes y licenciados, con gafas de protección, hacen sus largos. Otros están echa dos en el césped cuidado del campo de fútbol vecino. Esa pradera enorme hace de solárium para los' bañistas. Tampoco Podrían disfrutar mucho los infantes jugando: la profundidad mínima es de 1,80 metros. En cambio, se ven muchos libros. Pero la mayoría aprovechan el ambiente tranquilo para tomar sol, charlar o nadar. Los estudiantes se embadurnan de crema protectora en enclaves *clandestinos: está prohibido su uso.
Piscina de la Universidad Complutense. Obispo Trejo, s/n. De 10.00 a 20.30. Estudiantes de la Complutense, Politécnica y UNED, 450 pesetas. Estudiantes de otras universidades, 650 pesetas. Licenciados, 650 pesetas. Invitados, 850 pesetas.
Mil tortillas a la sombra. La fama del Parque Deportivo Puerta de Hierro de tener la piscina más grande de Europa -136 metros de largo por más de 60 metros de ancho- viene de otros tiempos, cuando todavía se llamaba Parque Sindical. En los años sesenta y setenta se llenaba hasta el último rincón de familias de trabajadores. En la entrada tenían que mostrar su carné de los sindicatos franquistas. Es el paraíso de los niños porque tiene una profundidad de sólo 1,20 metros. Los que ya no son tan niños, entre 14 y 15 años, aprovechan para acercarse al otro sexo. Las áreas de recreo las ocupan los mayores. Allí instalan una sucursal de su propia casa improvisan un porche y hacen la competencia con su completísimo menú -aperitivos, entradas, platos, postres y café en el termo- a los restaurantes de mayor renombre. "Nosotros tenemos un abono de tercera edad. Entre semana venimos todos los días a jugar a las cartas y a bañarnos", dice Dioni, que encabeza un cuarteto que, incluye también a su marido, su hermana y su cuñada. Ya han doblado su mantel y los restos de la comida han vuelto a la nevera portátil. Lo del baño tiene que esperar "hasta que baje la digestión". Las mesas ubicadas cerca de la piscina están todas ocupadas. Cerca del río Manzanares incluso se encuentra un pedacito de césped en condiciones. unas 1.800 personas", comenta Mariano Delgado, el encargado "El domingo pasado vinieron 5.800", añade. Con la ola de calor que se ha extendido por Madrid, se esperan más de 6.000 personas para hoy.
Piscinas de la Comunidad de Madrid. Mundial 86. José Martínez de Velasco 3; metro Estrella. Adultos, 525. Niños, 250. Sábados y festivos, 800. Estadio Vallehermoso. Islas Filipinas, s/n; metro Ríos Rosas. Adultos: 350 (sábados y festivos, 425). Niños y jubilados, 150. Canal de Isabel II. Avenida de las Isla Filipinas, 54; metro Ríos Rosas. Niños, 150. Adultos, 400 (sábados y festivos, 550). Parque Deportivo Puerta de Hierro. Carretera de El Pardo, km 1 (entrada de coches por la carretera de La Coruña, autobuses 83 y 113); lunes, 12.00 a 20.00; martes a viernes, 11.00 a 20.00; sábado, domingos y festivos, 10.00 a 20.00. Entrada, 400 pesetas Sábados y festivos, 450; niños y tercera edad, 200 pesetas. Afiliados a sindica tos, 275.
El mogollón. En la barra del bar de la piscina municipal de San Blas, un joven camarero con tupé, de no más de veinte años, tararea, casi en trance, una canción del dúo Pimpinela mientras se agolpan los clientes en la barra. La niña no para de llorar porque su mami no le pide un polo y un joven reclama una cerveza que calme su sed. Las piscinas municipales son las más accesibles, las más baratas y, por tanto, las más masifícada. Absorben un incesante flujo de bañistas y registran colas en la puerta de entrada, como sucedió el fin de semana pasado sólo las de La Elipa, barrio del Pilar, Casa de Campo y Aluche tienen cerca de 180.000 asistencias en los cuatro meses de verano. Son cuatro de las 25 piscinas municipales, que el año pasado registraron 2.250.000 asistencias durante el todo el verano. "Son muy caras, sobre todo las de invierno", protesta Víctor de la Cuerda, empleado de la construcción de 23 años Víctor acude a menudo a la piscina de San Blas y reconoce que las piscinas son un espacio para el ligue: "Al ir la gente más ligera de ropa, se liga más", argu menta.
Piscinas municipales. Arganzuela. Peñuelas; Arganda, s/n; metro Acacias. Carabanchel. La Mina; Monseñor óscar Romero, 41. Ciudad Lineal. Concepción; José del Hierro, s/n; metro Pueblo Nuevo. San Juan Bautista; Treviana, s/n; metro La Paz. Hortaleza. Hortaleza; estación de Hortaleza s/n. Villa Rosa; El Provencio, Fuencarral-El Pardo. Barrio del Pilar; Monforte de Lemos, s/n; metro Begoña. Santa Ana; paseo de las Alamedillas, s/n; metro Fuencarral. Latina. Aluche; avenida del General Fanjul, 14; metro General Fanjul. Moratalaz. Moratalaz; Valdebemardo, s/n; metro Pavones. Elipa; prolongación de O'Donnell, s/n; metro O'Donnell. Mencioa-Aravaca. Jose María Cagigal, Santa Pola, s/n. Casa de Campo; avenida del Ángel, s/n; metro Lago. San Blas. San Blas; avenida de Hellín, 79; metro San Blas. Tetuán. Francos Rodríguez; Numancia, 1; metro Guzmán el Bueno. Usera. Orcasitas; Rafaela Ybarra, s/n; estación de Orcasitas, San Fermín; La Estafeta, s/n; Moscardó; Andrés Arteaga, s/n; metro Usera. Puente de Vallecas. Palomeras: avenida de la Albufera, s/n. Vallecas; Arroyo del Olivar, s/n; metro Portazgo. Entrevías; Ronda del Sur, s/n; estación Entrevías. Villa de Vallecas. Cerro Almodóvar; carretera de Valencia, km 9,500. Vicálvaro. Vicálvaro; Villablanca, s/n. Villaverde. Plata y Castañar; paseo de la Plata y Castafiar, s/n. Estación Puente Alcocer. Adultos, 450 pesetas. Niños, 225. Jubilados, 125.
Mujeres y niños, primero
El bar de la piscina San Miguel parece un local cualquiera. Lo único que le distingue es que está, como parte de la piscina, bajo control femenino. Nada más pasar por la entrada de San Miguel hay un lugar donde sólo hay mujeres. Las que vienen con pareja o con amigos se dirigen a la parte mixta de la piscina que queda en el otro lado del recinto. Pero la mejor parte del pastel se la llevan las mujeres y los niños menores de diez años.En la pradera grande están tumbadas en las toallas como lagartijas. No importa que apenas haya sombra. Al alcance de la mano tienen cremas protectoras y los fluflús (pulverizadores de agua) con los que se refrescan permanentemente.
El hecho de que, según las normas, quede "prohibido el nudismo parcial o total" no tiene consecuencias. Las chicas disfrutan del sol en top less y se suben las braguitas hasta más no poder. María, de 33 años, ha cruzado media ciudad para llegar. "Es un sitio tranquilo. Además, puedes venir sola y nadie intenta ligar", dice. Ana y Sonia, ambas de 20 años, viven cerca. Prefieren la parte femenina porque "la piscina está mejor". También van a piscinas mixtas, pero todo a su tiempo. "Venimos aquí para ponernos morenas y luego nos vamos a la otra", explica Sonia con una sonrisa.
Entre tantas mujeres llaman la atención dos señores que vigilan la piscina desde sus sillas: los socorristas. Vicente tiene 59 años y lleva 32 de socorrista en San Miguel: "En todos estos años nadie se ha quejado por que sea hombre".
La piscina de San Miguel no es la única con espacio femenino. A la piscina de las Escuelas Ave María sólo entran mujeres y niños menores de 13 años. Ahí sólo llegan las iniciadas. Desde fuera del recinto de las monjas ningún cartel informa sobre la piscina. Hay que entrar por una puerta que parece estar cerrada. Detrás del muro se llega al colegio, en obras. Al fondo se encuentra el agua.
Una hermana ya mayor vende entradas y helados, e incluso se ocupa del vestuario. En la piscina se respira un ambiente familiar. No hay un gran solario, las chicas están tumbadas alrededor de la pileta. Eva, Carmen y Rocío, entre 17 y 20 años, suelen venir mucho. "Aquí una no se corta tanto", dice Carmen. Emma, de 42 años, vive cerca y le gusta que sea un sitio casi privado. "He llegado aquí a través de una amiga. Si no, nunca lo hubiera encontrado."
Piscina de las Escuelas Ave María. María Auxiliadora, s/n; metro Estrecho. De 11.30 a 19.00; 500 pesetas. Piscina San Miguel. Hermandades del Trabajo. Final de la calle de la Verdad; metro Marqués de Vadillo. De 10.30 a 20.30. 775 pesetas. Festivos: 925 pesetas. Entrada sólo hasta las cinco de la tarde.
Desnudos en el 'poblado papua'
Tomar el sol como a uno lo traen al mundo no es tan fácil en Madrid, y los dos únicos recintos donde se puede practicar el nudismo son denominados zona X o poblado papúa (ambos apelativos si se trata del solario nudista del polideportivo municipal del barrio del Pilar), o zona especial (en el caso de las instalaciones públicas de La Elipa).Según José Manuel González, encargado de las piscinas del Pilar, a finales de los años ochenta era gente naturista la que iba a tomar el sol desnuda, pero ahora, dice, "esto es un gueto homosexual, y hay quien lo ha calificado como una zona de contactos". El año pasado percibió, en sus palabras, "tráfico de carne fresca" y tuvo que echar de la zona X -nombre que le dan los empleados- a un chapero (hombre que se prostituye con hombres) porque tuvo una bronca con un presunto cliente: "Incluso leímos cómo algunos individuos quedaban aquí a través de la sección de contactos de un periódico".
Algunas circunstancias favorecen que a la zona nudista del polideportivo del barrio del Pilar se le haya apodado también poblado papúa. Su extensión suma apenas 180 metros cuadrados de espacio verde, y allí la distancia máxima entre la cara de un individuo que toma el sol y los pies o el trasero del vecino suele rondar los cuatro centímetros.
Además, acude un 98% de hombres, según contaban los encargados de la piscina, y un muralla de cañizo de cinco metros de altura impide ver desde allí cualquier otra cosa.
Ambiente naturista
Otro ambiente se respira en el solario nudista del barrio de La Elipa. Los hombres que acuden casi todos los días a tomar el sol cuentan que en su mayoría son homosexuales. Y la sensación de relajo y tranquilidad que imprimen, o el silencio o las conversaciones en voz baja sin que los cuerpos desnudos muestren el más mínimo afán exhibicionista, hacen de este solario algo muy parecido a lo que se entiende por ambiente naturista.
José, uno de los nudistas de la piscina de La Elipa, dice que para él lo fundamental es la liberación, y comprende que la gente desde fuera piense que tienen una moral extraña. Eso se solucionaría, afirma, si los espacios para tomar el sol desnudo estuvieran abiertos y con piscina, y sólo con un seto de separación en el que se advirtiera que allí se toma el sol sin ropa.
Dioclecio Pertierra, el encargado de tarde, dice que el solario es una zona especial, pero en la que no se molesta a nadie.
"Van a su rollo" y son muy discretos. Bastante menos que los del barrio del Pilar, donde en pocos segundos uno de los asiduos pregunta la hora a la visitante y a continuación dice con cara morbosa si quiere ser su amiga.
Solarlos nudistas de los polideportivos del barrio del Pilar (Monforte de Lemos, s/n, metro Barrio del Pilar) y de La Elipa (O'Donnell, s/n, metro O'Donnell).
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