Diez días bajo toneladas de escombros en Seúl

"Bebí el agua de la lluvia y me, comí en pedacitos una caja de papel para sobrevivir". Cho Mian Sho, un universitario de 21 años, ha sobrevivido durante 10 días bajo las toneladas de escombros de los grandes almacenes Sampoorig, que se derrumbaron como un castillo de naipes a causa de los fallos en su construcción el 29 de junio en la capital surcoreana."Agua, por favor", fueron sus primeras palabras tras entrar en contacto con los atónitos equipos de salvamento el domingo a las 7.15 de la mañana en Seúl (las 0.15 en Madrid). Cuando una hora más tarde fue rescatado entre los aplausos enfervorecidos de los equipos de socorro, respondió con presteza y voz sonora a las preguntas de los medios de comunicación. "Me encuentro bien", aseguró el joven.

Las autoridades sanitarias confirmaron, tras internarle en un hospital, que, aparte de unos rasguños y de los síntomas de deshidratación, su estado de salud no reviste gravedad. La fortaleza física del estudiante y la ausencia de heridas graves en el momento del accidente explican, según los médicos, que Cho haya salido indemne.

Cho trabajaba en la tienda de lujo a tiempo parcial, en uno de los mostradores situados en el primer sótano. Las autoridades surcoreanas han confirmado la muerte de 147 personas, la desaparición de otras 277 -que se encuentran todavía entre las ruinas del gran almacén- y más de 1.000 heridos.

Para acceder a la cavidad donde se encontraba el joven surcoreano, de aproximadamente un metro cúbico, los equipos de rescate cortaron un bloque de cemento armado y levantaron con la ayuda de maquinaria pesada las vigas que impedían el rescate. Desde si cama en el hospital recordó "Pensaba que iba a morir. Lo único que podía hacer era concentrarme para dormir y esperar que alguien me salvara".

El inesperado rescate de Cho ha vuelto a despertar la esperanza y la polémica entre los familiares de las víctimas y de los desaparecidos. Grupos de allegados se volvieron a manifestar ayer, como han hecho repetidamente en las últimas jornadas, para pedir más celeridad en los trabajos. Sin embargo, varios especialistas en esas tareas apuntaron que las posibilidades de encontrar más supervivientes son muy escasas, ya que los equipos de búsqueda electrónica han dejado de emitir señales.

Las autoridades dudan sobre la utilización de maquinaria mas potente, como piden algunos de los parientes, pero los expertos lo desaconsejan ante el riesgo de corrimiento de los escombros, agravado tras las recientes lluvias en la capital surcoreana. Según algunos testigos, el temporal ha inundado lo que resta de los sótanos del edificio, y en algunos lugares se pueden apreciar hasta casi dos metros de agua.

Un portavoz de los equipos de Salvamento anunció que las delicadas tareas de salvamento se prolongarán durante los próximos días: "Tendremos que trabajar durante una semana para recuperar todos los cadáveres. Se necesitará tiempo; debemos ser muy cuidadosos".

La catástrofe, la peor en tiempo de paz en Corea del Sur, y las dificultades para completar las tareas de rescate, han motivado que el primer partido de la oposición, el Partido Democrático, de Le Ki Taek, exija la dimisión en masa del Gabinete del presidente Kim Young Sam.