El Valencia, marcado por sus errores
Primer partido. El Deportivo comenzó el partido más decidido, y con más ganas de ir al ataque. A pesar de todo, siempre estaba lejos de la portería del Valencia. Los levantinos fueron los que crearon las ocasiones más claras.El Deportivo dominaba, pero no inquietaba a Zubizarreta. Uno de los secretos de mantener al Deportivo tan alejado de su puerta fue la cantidad de faltas con las que el Valencia paraba a los gallegos. Éstos eran más rápidos y siempre se anticipaban a los blancos. Supieron aprovecharse del error de Giner.
A partir de ese momento, los contragolpes eran mortales, el dominio era total y el Valencia no era capaz de reaccionar. Con el descanso consiguieron cambiar la mentalidad del partido. El Valencia llegaba más y conseguía ganar más. balones. Aprovechando una falta consiguieron el empate y dieron así la oportunidad al árbitro para. no tener remordimientos a la hora de suspender el partido.
Segundo partido. Fue una reproducción en miniatura del primero. El Valencia volvió a cometer un doble error, tanto del defensa como del portero. El partido ganó en emoción y se volvió a repetir una falta parecida a la del empate. Como en todas las miniaturas no todo puede reproducirse y la falta salió rozando el palo izquierdo. A partir de este momento, el Deportivo se limitó a ver como el tiempo corría mientras que los valencianos se veían impotentes para llegar a la portería del equipo gallego.
Distinta mentalidad. Desde el inicio, con el saque en bote neutral, se pudieron comprobar que los dos equipos jugaban con distintas intenciones. El Coruña totalmente decidido a aprovecharse del posible relajo de los valencianistas. No querían llegar a la prórroga, su intención era terminar el partido en los 10 minutos que restaban.
El Valencia, por el contrario, quiso jugar a echar el resto en la prórroga. Todo su esquema se vino abajo desde el momento en que marcó el Coruña el segundo gol.
No es tan importante esperar a que pase el tiempo como el tener mentalidad de ganador para conseguir una Copa. El Valencia esperaba que el tiempo le diera oportunidades para poder conseguir un gol, el Coruña no quiso dar respiro a su rival desde el inicio del segundo partido.
La mentalidad del equipo que dirige Arsenio Iglesias es una mentalidad de ganador y por eso ha llegado a conseguir la finalísima de la Copa del Rey, un título merecido.
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