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González se plantea aprovechar las dimisiones de Serra y García Vargas para hacer una crisis amplia

Anabel Díez

ANABEL DíEZ El presidente del Gobierno, Felipe Gonzalez, decidirá a su vuelta de la cumbre europea de Cannes si acepta exclusivamente las dimisiones del vicepresidente del Gobierno, Narcís,Serra, y del ministro de Defensa, Julián García Vargas, o si aprovecha para hacer la crisis de gobierno que tenía prevista para el próximo mes de enero, una vez que terminara la presidencia española de la UE, según ha comentado a personas de su más estricta confianza. Su decisión no se conocerá hasta después de que comparezca el próximo jueves en el Congreso para explicar su versión sobre las escuchas del Cesid.

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Los cambios que el Gobierno promoverá en ese centro de espionaje y su punto de vista de lo que deben ser las responsabilidades políticas formarán parte del 'núcleo central de su discurso, que en estos momentos preparan en la vicepresidencia del Gobiemo y en la Secretaría General de la Presidencia, que dirige Rosa Conde.Inmediatamente después de la comparecencia en el Congreso del próximo jueves, González se ocupará de los cambios en su Gobierno. Las fuentes consultadas consideran que a principios de la próxima semana todo estará resuelto, de forma que podrá acudir el martes 4 de julio de nuevo al Congreso para explicar los objetivos de la presencia española con nuevos ministros.

Los portavoces consultados informan que el jefe del Ejecutivo tenía previsto acabar el semestre de presidencia europea con el actual Gabinete y, una vez que estuviera claro el horizonte para 1996, sobre todo si tiene el apoyo de CiU en los Presupuestos, afrontar una amplia remodelación para dar el último impulso a la legislatura antes de las elecciones.

Así lo comunico a algunas personas cercanas cuando saltó el escándalo de las escuchas del Cesid, en el sentido de que todo esto supondría una alteración importante, en sus planes. Una vez que ha decidido aceptar las dimisiones del vicepresidente, Narcís Serra, y del ministro de Defensa, Julián García Vargas, se plantea ahora si llevar a efecto una auténtica crisis, según informan fuentes gubernamentales.

Sucesión de Serra

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En las últimas horas, el nombre del ministro de Asuntos Exteriores, Javier Solana, como posible sucesor de Narcís Serra en la vicepresidencia del Gobierno es alentado con satisfacción tanto en medios gubernamentales como en la mayoría de los dirigentes socialistas consultados.

El ministro Solana, que se encuentra en Cannes con el presidente del Gobierno y con el ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, se limitó ayer a decir en conversación telefónica con la Cadena SER que se encuentra muy satisfecho en su actual tarea.

A su pesar, entre sus compañeros de partido y de Gobierno se habla con toda naturalidad de su paso a la vicepresidencia. Es más, las conversaciones gubernamentales giran en torno a si es compatible o no simultanear la vicepresidencia del Gobierno con la cartera de Exteriores.

La discreción en los prolegómenos de esta crisis continúa fortaleciendo la leyenda según la cual Felipe González jamás habla de remodelación con sus ministros hasta el momento que tiene que llamarles para comunicarles que van a ser sustituidos.

Por otro lado, la oposición no está por la labor de mostrarse comprensiva con González en sus problemas para hacer una crisis de Gobiemo. La recepción que le tienen preparada para el próximo jueves en su comparecencia parlamentaria para explicar el escándalo de las escuchas del Cesid pretende sobrepasar la dureza ya mostrada en otras anteriores. Tanto el Partido Popular como Izquierda Unida pedirán directamente a González que se vaya.

En esta misma línea se ha manifestado el secretario general de CC OO, Antonio Gutiérrez, que invitó ayer al presidente a abandonar La Moncloa. "Una dimisión a tiempo para dar paso a unas elecciones generales puede ser un último ejemplo un poco más edificante, un poco más positivo, pero parece que esto no está en los cálculos del presidente del Gobierno", dijo Gutiérrez, según informa

Entre los socialistas todavía suenan los ecos de la actuación del PP durante la intervención de Narcís Serra en el Parlamento. El líder del PSC, Raimon Obiols, primer secretario del PSC tachó de "pandilla de irresponsables" a los diputados conservadores que abroncaron al vicepresidente en el Congreso y afirmó que la extrema derecha está encuadrada en el PP, informa Luis Mauri.

Mientras, el intento de desbloquear el diálogo entre CiU y PSOE se reanudó ayer con una reunión de la dirección del grupo parlamentario, el partido y el Gobierno. Ayer hubo contactos entre Serra, el portavoz del Grupo Parlamentario, Joaquín- Almunia, y el ministro de la Presidencia Alfredo Pérez Rubalcaba para analizar las demandas de CiU y la respuesta del Ejecutivo. Fuentes parlamentarias indicaron que la negociación de los Presupuestos de 1996 es lo que más les preocupa.

A este respecto, el ministro de Economía, Pedro Solbes, dijo ayer en Cannes: "Pujol ha dejado clara su predisposición a hablar de Presupuestos sabiendo exactamente de qué vamos a hablar. Vamos a hablar sobre la base de criterios establecidos por el Goblerno", informa Ignacio Cembrero. Solbes cree posible el acuerdo. "Cuando podamos hablar con CiU y les expliquemos nuestros argumentos se podrá avanzar".

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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