El PP cierra en Aragón un pacto de coalición con los regionalistas del Par

Media hora después de suscribirse el pacto de gobierno en Aragón, entre los dirigentes del Partido Popular y del Partido Aragonés (Par), las primeras críticas hacia el acuerdo llegaron de las propias filas populares. También entre los regionalistas la discusión, la noche anterior, de los contenidos del acuerdo suscitó un debate inusual.

En la dirección del Par se mantuvieron posturas contrarias a la formación de un Ejecutivo de coalición. El acuerdo reduce de nueve a seis los departamentos del Ejecutivo y adjudica cuatro carteras al PP y las dos restantes a su socio.La presidencia del Gabinete queda en manos del popular Santiago Lanzuela, mientras que los regionalistas logran colocar al frente de las Cortes de Aragón al que fuera su aspirante a la jefatura del Gobierno, Emilio Eiroa.

Precisamente este reparto movió al todavía presidente del Parlamento autonómico, el veterano Ángel Cristóbal Montes, a pronunciarse en contra apenas concluido el acto formal de firma del pacto y en la misma sala donde éste se había presentado.

El convenio, que será vigilado por una comisión de enlace entre ambos partidos, permanece secreto, aunque se avanzaron algunas de las líneas fundamentales. Aparecen referencias a la consecución de la "autonomía plena para Aragón", al respeto del Pacto del Agua, a la consecución de las infraestructuras previstas en él y al desarrollo de los ejes viarios que cruzan la comunidad autónoma hacia los cuatro puntos cardinales.

La colaboración se intentará en otras instituciones, sin que se haya concretado expresamente, e incluso se podría dar con vistas a las próximas elecciones generales. Este es uno de los puntos que mayores reticencias suscita entre los regionalistas, que ven en esa posibilidad la fagocitación de su fuerza política por el Partido Popular.