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El PP se queda solo en su defensa de elevar las condenas en el Código Penal

"La norma más importante tras la Constitución"; "el Código Penal de la democracia"; "la Constitución en negativo" la Biblia en verso; la madre de todos los corderos y la que la parió. Bueno, pues a las 10.15 de ayer el ministro de Justicia e Interior subió a la tribuna del Congreso con gesto mohíno para que le escuchasen presentar el proyecto del Gobierno apenas 100 diputados, cuatro mujeres, dos policías, dos periodistas, dos ciudadanas en la tribuna de invitados y un señor que, 15 minutos después, dormitaba con parlamentaria placidez.

Las tornas cambiaron por la tarde. Los portavoces parlamentarios se repartieron estopa dura y de buena ley, y el PP se quedó solo al defender un endurecimiento general de las penas en el Código Penal a la vez que insistía en que no apoyará el nuevo código si no se modifica su concepción punitiva,El paisaje del hemiciclo volvió a ser desolador por la tarde: 16 diputados socialistas, 13 populares, dos de IU y un representante por cada uno de los otros grupos: CiU, PNV y CC. Pero de pronto se encendió la llama parlamentaria. Federico Trillo, como portavoz del Grupo Popular, defendió las enmiendas al sistema de penas que establece el proyecto de Código Penal en su parte general. Lo dejó claro: no apoyarán el código si no se modifica la concepción general del castigo.

Diego López Garrido, en nombre de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya, replicó que modificar el sistema previsto es "quitarle a este código lo más innovador" y "castrar el proyecto". Para el diputado de IU "la pena de prisión no puede ser por más tiempo la estrella del Código Penal".

Emilio Olabarría, del PNY, criticó con dureza al PP y se apartó también del- resto de los grupos que aceptan una suspensión de beneficios penitenciarios para delitos de terrorismo, narcotráfico y agresiones sexuales. Esto es, a su juicio, inconstitucional.

Manuel de la Rocha, portavoz socialista, arremetió contra Trillo y fustigó a José Luis Manzanares, vicepresidente del Consejo General del Poder Judicial, al que adjudicó el papel de inspirador del PP en estos asuntos, del que dijo que defiende la cadena perpetua y hasta la pena de azote.

Trillo devolvió la leña acusando a los "señores progresistas" de mantenerse en las "reminiscencias de la utopía". Afirmó que "izquierda es izquierda, sea socialista o unida" y criticó la coincidencia entre IU y PSOE. Eso le sirvió a López Garrido para decirle que se había "convertido en un teórico de la unidad de la izquierda y podría ser ésa su aportación más importante a la historia de España".

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El hecho cierto es que las enmiendas al Título III del Libro l del Código Penal que establece el sistema de penas consiguió 113 votos a favor (los del Grupo Popular" y 167 en contra. Eso le sirvió a De la Rocha para alegrarse de que se hubiese "visualizado" un acuerdo de progreso de todos los grupos, excepto del popular.

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