¿A cambio de qué?

Los resultados desprendidos de las elecciones municipales y autonómicas, celebradas el pasa do 28 de mayo, han propiciado una nueva configuración política en numerosos municipios y comunidades autónomas de nuestro país. En diversas ciudades y comunidades, los comicios han posibilitado que la situación sea bastánte clara, y por ende, los Gobiernos sean cómodos y previsiblemente estables durante la próxima legislatura. Sin embargo, existen muchas. situaciones en- las cuales una fuerza política no tiene la mayoría suficiente para po-. der gobernar en solitario y, por ello, debe recurrir a pactos o acuerdos con otras fuerzas.

En este sentido, encontramos normalmente al -PSOE o IU como fuerzas de izquierda más votadas, necesitando el apoyo de la otra fuerza para gobernar, o por el contrario nos entontramos con que la fuerza más votada es la del PP, teniendo, mayoría absoluta las sumas de las fuerzas del PSOE e IU conjuntamente.

Con este complicado panorama político, s e han producido diversas conversaciones entre las fuerzas de progreso que posibilitan un acercamiento entre Izquierda Unida y él Partido Socialísta. En dichas conversaciones, se ha hablado de pactos de gobernabilidad, de trueques de ciudades, de apoyo a las listas de izquierda más votadas.

De esta manera, también se ha valorado insistentemente antes y después de las elecciones, el argumento político de parar el avance de la derecha y las políticas conservadoras preservando los logros sociales conseguidos en más de década y media por Gobiernos progresistas. Gobiernos con los que se ha conseguido aplicar políticas de solidaridad, de igualdad y de progreso social, no aplicadas en nuestros municipios y comunidades hasta entonces. Aplicación práctica que, ha sido ardua, laboriosa e ilusionante, tanto para los que los poníamos en funcionamiento como para los ciudadanos más desfavorecidos que se beneficiaban de sus ventajas.

Pese a todo ello, la discusión para un posible entendimiento entre IU y el PSOE está en un callejón sin, salida, de, lo cual dan ejemplos notorios comunidades como Extremadura y Asturias, o ciudades como Málaga y Córdoba.

Llegados a este punto, en el cual las discusiones se acaloran y los intereses partidistas priman sobre las políticas a aplicar, debemos preguntarnos cuál debe ser el objetivo que como socialistas debemos adoptar en este forcejeo político entre fuerzas de izquierda.

Y la respuesta que nos debemos dar es que nuestra obligación es parar el avance de la derecha y preservar las políticas sociales de igualdad, progreso y bienestar social que hemos realizado hasta ahora.

Por ello, debemos propiciar las condiciones necesarias para que sea una fuerza de izquierda la que garantice estos logros conseguidos, y de esta forma, debe ser Izquierda Unida, con el apoyo del Partido Socialista Obrero Español, la que deberá gobernar en aquellos municipios en los cuales sea la fuerza más votada, independientemente de que esta coalición deba hacer lo mismo con el PSOE, donde éste sea el más votado.

Es decir, muchos me han hecho la pregunta de que si permitimos que IU gobieme no debería existir una, correspondencia con la situación inversa, y ante todo, yo les contesto que no necesariamente, y la razón que es grimo es la coherencia política.-

Alcalde de