La línea del AVE de Madrid a Barcelona empezará a construirse este año
La segunda línea del AVE, entre Madrid, Zaragoza y Barcelona, dará este año sus primeros pasos. Su construcción se iniciará por su punto medio: Obras Públicas ya ha sacado a concurso los primeros 15 kilómetros, entre Zaragoza y Lleida. Al tiempo, ha remitido a Medio Ambiente las alternativas de los corredores para su acceso a la estación madrileña de Atocha y la barcelonesa de La Sagrera, que complementan las presentadas hace un año respecto a los tramos intermedios. La decisión sobre la ubicación de los dos apeaderos más conflictivos, Tarragona y el Vallés, queda en suspenso hasta debatir con los municipios cuál permite más accesibilidad al menor coste.
La salida por el porte que permitiera una conexión con el aeropuerto de Barajas se ha descartado en Madrid. No la habrá porque la ampliación del recinto aéreo y la autovía de circunvalación M-40 absorben el espacio disponible. Apenas hay una brecha en ese área suburbial para que circule el AVE. También se ha desechado, por su complejidad, utilizar la estación de Chamartín. Así, se usará la misma que en el caso de la línea con Sevilla, la de Atocha.El trazado será el mismo hasta Vallecas. Desde ahí iniciará un gran viraje hacia el norte con tres alternativas posibles. La primera atraviesa San Fernando y Torrejón de Ardoz para dirigirse por encima de la base aérea hasta Guadalajara. La segunda circula en paralelo al río Henares entre, Mejorada del Campo y Loeches. La tercera gira muy al sur, envolviendo Argand a del Rey y retornando la dirección noreste a la altura de Campo Real.
Más allá de Guadalajara, que contará con apeadero en sus afueras, el corredor ya está definido hasta Zaragoza y sometido a información medioambiental. La capital aragonesa será la primera en estrenar los enlaces de alta, velo cidad. Ya se han licitado por 6.600 millones de pesetas los primeros 15 kilómetros en dirección a Lleida, los cuales entrarán en servicio en el año 2000. El siguiente tramo será el de Calatayud-Ricla, hacia Madrid.
El hecho de que se empiece por el punto medio, Zaragoza, se explica porque los dos recorridos mencionados eran los más obsoletos: el primero da un gran rodeo hasta Barcelona y el segundo cuenta con una sola vía y convierte en cuello de botella el paso del río Jalón como ocurría en Despeñaperros hasta que llegó el AVE a Andalucía.
Para la llegada a Barcelona la Dirección de Infraestructuras del Transporte Ferroviario ha añadido, un corredor más al propuesto antes. Los dos parten de la intersección de los municipios de Gelida y Sant Llorenc d'Hortons. Desde ahí el nuevo transcurre por la Seat de Martorell, Castellbisbal, Rubí, Sant Cugat y un túnel bajo la sierra de Collserola para incorporarse al del Besòs en el nudo de la Trinidad. El otro cruza el Llobregat por tres variantes y, pasado Sant Cugat, sube hasta el Baricentro para sumarse al del Besòs en otras tres: una, al norte de La Llagosta; otra , por el sur, y otra más que envolvería Cerdanyola en paralelo a la A- 18.
Todas las rutas desembocan en La Sagrera, que será la única estación española con plataformas de vías a dos niveles: las de cercanías y largo recorrido, en el piso inferior; las del AVE, a pie de calle. Según Antonio Monfort, el director de Infraestructuras, sería deseable convocar un concurso de ideas entre arquitectos para dar con una solución emblemática para este recinto ferroviario, de carácter singular en el entorno urbanístico de Barcelona.
Monfort no descarta que desde La Sagrera se tienda una conexión hasta el puerto barcelonés, que sería mixta (viajeros y mercancías), igual que el trayecto Barcelona-Francia, pero no que el Barcelona-Madrid, exclusivo para viajeros. En todo caso, no se considera prioritaria en este momento.
Su departamento, advierte Monfort, está abierto a las sugerencias sobre la situación de las conflictivas paradas de Tarragona y el Vallés. "No es posible hacer una estación para Reus y otra para Tarragona", afirma sobre el primer caso; Ia solución más equilibrada sería Nules, un punto intermedio". Lo mismo ocurre con el segundo: ¿Sabadell?, ¿Cerdanyola?, ¿Tarrasa? Monfort es claro: "Deseamos compartir la decisión con todas las instituciones involucradas. No queremos imponer nuestra solución, pero tampoco que sean ellas las que decidan. No delegamos".
Un coste inasumible por el Estado
Mientras las instituciones, los ecologistas y los particulares examinan cuál de las alternativas del AVE entre Madrid, Zaragoza y Barcelona es la idónea, la Dirección General de Infraestructuras Ferroviarias realiza estudios financieros y jurídicos para dar con la fórmula administrativa que permita ceder a una sociedad la construcción y gestión de la línea.
Los 6.000 millones de pesetas que cuestan los tramos que este año comenzarán a construirse corren por cuenta de los Presupuestos Generales del Estado. Sin embargo, los 700.000 u 800.000 millones del coste total son inasumibles por él, según Antonio Monfort, ya que tampoco se contará con ayudas extraordinarias procedentes de Bruselas que no sean los fondos de cohesión.
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