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ESCALADA BÉLICA EN LOS BALCANES

EE UU advierte que no financiará la fuerza de intervención en Bosnia

Antonio Caño

ENVIADO ESPECIAL, Los líderes europeos del Grupo de los Siete (G-7) presionaron ayer al presidente BilI Clinton a fin de que Estados Unidos rectifique su decisión de no contribuir al pago del presupuesto de la Fuerza de Intervención Rápida (FIR) para Bosnia. Esa polémica, que ahogó los esfuerzos de la cumbre de Halifax para conseguir una moratoria en los combates entre serbios y musulmanes, fue el reflejo de la impotencia de los siete países más poderosos del mundo para influir decisivamente en ese conflicto.

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Los debates sobre el recrudecimiento de la guerra en Bosnia ocuparon ayer la mayor parte del tiempo de la reunión y relegaron a un segundo plano todos los demás puntos de la agenda. Estados Unidos, que se niega a desplegar soldados sobre el terreno, ha quedado en una posición muy difícil, al negarse ahora también a contribuir financieramente, al menos a través de los canales de la ONU, a esta misión.Clinton es partidario de la creación dé una fuerza de intervención, pero se siente incapaz de convencer al Congreso de que apruebe los fondos necesarios para su financiación, aunque, según recalcó anoche en una conferencia de prensa, presionará al máximo para convencer a los legisladores.

El portavoz de la Casa Blanca, Michael McCurry, dijo que "Estados Unidos respalda la FIR y finalmente, contribuirá financieramente a ella". "La forma exacta de esa contribución es lo que está en discusión y en revisión", añadió.

Este nuevo obstáculo restó más fuerza aún al llamamiento hecho el jueves por el G-7 a las fuerzas serbias y al Gobierno bosnio para que detengan los combates en torno a Sarajevo y "busquen una solución en la mesa de negociaciones". Clinton afirmó ayer que EE UU sólo levantará unilateralmente el embargo de armas a Bosnia si se llega a una retirada de las tropas de la ONU de la zona.

La constitución de la FIR fue aprobada en la noche del jueves por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas como una parte más del contingente de la Fuerza de Protección de la ONU en Bosnia (Unprofor). Eso significa que el coste de la operación debe ser cubierto proporcionalmente por cada uno de los miembros de la ONU. EE UU, que es el principal contribuyente, debería aportar un 30% del total. Pero, para poder hacer ese pago efectivo, la Casa Blanca requiere el permiso del Congreso, con el que no cuenta por' ahora ni es previsible que cuente más adelante.

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Oposición del Congreso

Precisamente el pasado jueves, mientras Clinton viajaba camino de Halifax, los dos líderes del Congreso, el jefe de la mayoría en el Senado, Bob Dole, y el presidente de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich, enviaron un carta al titular de la Casa Blanca en la que le advertían que no aprobarían ni más fondos ni más fuerzas militares para Bosnia. El Congreso es partidario de la retirada de los cascos azules y el levantamiento del embargo de armas a los musulmanes.Ante esa situación, el Gobierno norteamericano ha pedido a los países europeos que paguen ellos sólo los gastos de la operación o que busquen fuentes de financiación distintas a las habituales. Según cálculos actuales, el despliegue de una fuerza de intervención costaría alrededor de 400 millones de dólares (más de 48.000 millones de pesetas) en los primeros seis meses.

Formalmente, el problema de la financiación ha sido dejado al secretario general de las Naciones Unidas, Butros Butros-Gali. Pero los países europeos pidieron ayer a Clinton que siga haciendo esfuerzos ante el Congreso norteamericano para conseguir luz verde al gasto que se requiere para la creación de dicha brigada militar, que estará integrada por unos 10.000 hombres, en su mayoría franceses y británicos.

Fuentes de la Administración dijeron ayer que Clinton y el Departamento de Estado están buscando fórmulas que permitan a Washington cumplir con sus obligaciones presupuestarias con la ONU sin necesidad de recurrir a fondos a través del Congreso.

La resolución del Consejo de Seguridad que permitió la creación de la FIR fue aprobada con las abstenciones de China y de Rusia. El representante ruso explicó que los promotores de la idea -Francia y el Reino Unido- no habían dejado suficientemente claro que esa fuerza no sería utilizada con propósitos ofensivos.

El debate sobre Bosnia en el G-7 continuó anoche con la incoporación a la cumbre del presidente ruso, Borís Yeltsin, quien se mostró molesto de que los líderes del grupo no hubieran esperado hasta su llegada para firmar un comunicado conjunto sobre el problema bosnio. Rusia, tradicional aliado de los serbios, ha criticado en el pasado las operaciones militares conducidas por la OTAN en Bosnia: Tanto la OTAN como Rusia respaldan ahora una solución negociada del conflicto.

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