Comportamiento de los árbitros
Díaz Vega, el árbitro, estuvo comedido, a tono con la fiesta. No gesticuló, no llamó la atención a ningún jugador, en definitiva, no se dejó ver. Quien sí lo hizo fue el cuarto árbitro, de nombre Bañoz Martínez, que le echó una bronca de cuidado al masajista de la Roma por acercarse a su portero con la, al parecer, censurable pretensión de darle agua.
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