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El fiscal del 'caso Sainz' dice que no se puede comparar el robo de un bolso con una vida

Elsa Fernández-Santos

¿Legítima defensa o imprudencia temeraria con resultado de muerte? El juicio contra el empresario y cónsul general de, Bolivia Antonio Sainz Rebollo, padre del ex campeón mundial de rallíes Carlos Sainz, quedó ayer visto para sentencia. Las pruebas periciales confirmaron los indicios: que a Samuel Chiabuto, nigeriano de 27 años que intentó robarle el bolso a la esposa de Sainz, le mató el fragmenta de bala rebotada. Según el fiscal, no se puede hablar de legítima defensa cuando lo que está sobre la mesa es un bolso frente a una vida. Sainz repitió ayer que aquella noche ha marcado su vida. "Sólo defendí a mi mujer. De pequeñito me enseñaron que la mujer es sagrada", añadió.

La bala que mató a Samuel Chiabuto cruzó el anuncio luminoso de la farmacia situada en la esquina de las calles de Fernán González y O'Donnell y chocó contra un balcón. Del balcón saltaron los dos fragmentos que mataron al inmigrante nigeriano. Uno rozó su cabeza hiriéndole superficialmente. El otro atravesó su cráneo y fue mortal. Antonio Sainz, de 69 años, disparó tres veces su revólver. El primer tiro fue de fogueo. Uno de los dos posteriores mató al tironero. La trayectoria del otro no se ha podido analizar.El fiscal, que pide un año de cárcel para Sainz por imprudencia temeraria, cree que la actuación del empresario "difícilmente puede estar amparada en la legítima defensa, ni siquiera por causa fortuita". El fiscal, durante una larga y exhaustiva exposición final, señaló que no se puede hablar de legítima defensa en este caso porque entre la vida humana y "la propiedad" tiene mayor valor "el primer bien jurídico". Una de las dos letradas de la acusación particular, fue, ya fuera de la sala, más directa: "¡Hombre, es que no se puede hablar de legítima defensa cuando lo que hay en la balanza son un bolso y una vida humana!".

El fiscal suprimió su petición de indemnización de 10 millones de pesetas para la familia del nigeriano. La familia de Chiabuto ha aceptado, aunque no consta en acta la cantidad, 2.620.000. pesetas de Antonio Sainz. Al aceptar este dinero ha quedado invalidada la petición de una indemnización.

Por su parte, el abogado de Antonio Sainz, Gonzalo Rodríguez Mourullo, pidió a la juez la absolución de. su cliente por tratarse de un caso en el que "el azar" ha desempeñado un "desafortunado papel". "Las pruebas periciales han confirmado que se trata de un hecho fortuito. Sainz reaccionó frente a una agresión injusta pero jamás quiso matar al agresor". Mourullo sacó a colación un precedente que se instruyó recientemente en el Juzgado de lo Penal número 17. El acusado de aquel caso, en las mismas circunstancias que Sainz, quedó absuelto. "Y eso que el tiro fue directo", matizó el letrado.

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Antonio Sainz, tan aparentemente afectado como el primer día, se acogió a su derecho de tomar la palabra antes de que el juicio, celebrado en el Juzgado de lo Penal número 26, quedara visto para sentencia: "Si a los hombres se les juzga por su ejecutoria en la vida, ahí está la mía. Jamás tuve que ver nada con la justicia", dijo nervioso el cónsul. "La noche de autos ha marcado totalmente mi vida. Yo no quise hacerle daño. Sólo quise defender a mi mujer. De pequeñito me enseñaron que la mujer es sagrada, sobre todo la mía". La esposa, Julia Cenamor, que no se ha separado durante los dos días del juicio ni de su marido ni de sus enormes gafas de sol, declaró el lunes como testigo. La esposa de Sainz, recordó de una forma seca el robo de su bolso el 5 de febrero de 1994 y la carrera, pistola en mano, de su marido tras el ladrón.

Ayer, las acusaciones particulares también expusieron su alegato final. De forma más breve que el fiscal, las dos letradas que representan a SOS Racismo, la Asociación Pro Derechos Humanos y la Asociación de Estudios Penales, mantuvieron su petición de cuatro años y dos meses por imprudencia temeraria con resultado de muerte. Una de ellas quiso subrayar que Sainz llevaba un arma y asegura que disparó al aire a pesar de tener el hombro derecho enfermo de artrosis.

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Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

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