Batalla campal entre jóvenes paquistaníes y policías en Bradford

La confusión más absoluta reinaba ayer en la ciudad inglesa de Bradford, en torno a las causas que han provocado dos noches de graves incidentes entre centenares de jóvenes paquistaníes y la policía antidisturbios. Los enfrentamientos se han saldado hasta ahora con quince detenciones y cinco heridos, además de causar destrozos todavía no cuantificados en tiendas, pubs y automóviles. Ayer, mientras los líderes religiosos de la comunidad paquistaní culpaban a la dureza policial de la gravedad y violencia de los incidentes, el diputado local de West Bradford, el Laborista Max Madden, hizo un llamamiento a la calma a toda la población.La prensa británica ofrecía ayer diferentes versiones de los sucesos. Mientras algunos periódicos atribuían el comienzo de los disturbios al celo de los jóvenes musulmanes de Bradford, decididos a acabar con la prostitución en las calles de la ciudad, la agencia nacional de noticias, Press Association, señalaba que fue un incidente menor -la prohibición de jugar al fútbol a dos chavales paquistaníes- el desencadenante del conflicto.

En todo caso, más de dos centenares de policías antidisturbios -a los que el sábado por la noche se sumaron refuerzos de la policía de Yorkshire- se han visto envueltos en las dos noches de batalla campal con los jóvenes y adolescente de origen paquistaní. La noche del sábado, centenares de jóvenes iracundos lanzaron sus ataques contra la propia jefatura de policía de la zona. Al parecer, todo comenzó el viernes por la tarde cuando la policía trató de impedir a dos jóvenes de origen paquistaní que jugaran al fútbol en una determinada área, en el barrio de Manningham, en el centro de Bradford. Los agentes detuvieron finalmente a los jóvenes, con notable violencia, según los representantes de la comunidad asiática, lo que provocó una airada reacción de los compañeros de los detenidos. El superior de policía" Keith Hellawell, responsabilizó a los propios líderes de la comunidad incapaces de controlar a los jóvenes. Brafford, una ciudad de 480.000 habitantes, el 10% de origen asiático, ha vivido otros momentos de tensión, pero pocos con un comienzo tan fútil.