Chirac se somete a su primera prueba en las elecciones municipales del domingo

Las elecciones municipales francesas, cuya primera vuelta se celebra el domingo, pondrán punto final numerosos mandatos marcados por la corrupción y constituirán una primera prueba para la derecha, recién llegado Jacques Chirac a la presidencia. El primer ministro, Alain Juppé, prefiere no correr riesgos: mantendrá en secreto los detalles de su primer presupuesto, que se perfila como un impopular plan de austeridad cargado de nuevos impuestos y recortes en el gasto, hasta concluida la segunda vuelta. París, en cualquier caso, seguirá en manos de la coalición conservadora: los socialistas sólo aspiran a ganar en uno de sus 20 distritos.

Fuera de dudas París, donde Jean Tiberi, el sucesor designado or Jacques Chirac, se mantendrá como alcalde, el interés se entra en los resultados de las rincipales capitales de provincia y, en el ámbito nacional, en verificar si el Frente Nacional confirma la pujanza demostrada en las presidenciales. La corrupión político-financiera, especialmente grave a nivel local, compone el telón de fondo de estas elecciones.En Burdeos hay poca emoción: Juppé se perfila como el seguro sucesor de otro antiguo primer ministro gaullista, Jacques Chaban-Delmas, quien, a los 80 años, se retira por motivos de salud. En Lyón, la muy conservadora segunda ciudad de Francia, el candidato favorito es el ex prier ministro giscardiano Rayond Barre, al frente de una lista conjunta de gaullistas y liberales. Barre tendrá que recomponer la imagen del ayuntamiento lionés, ensombrecida por el alcalde saliente, el ex gaullista Michel Noir, recién condenado por corrupción.

La ciudad más afectada por la corrupción es sin duda Grenoble, en la falda de los Alpes. La derecha pagará, según los sondeos, las irregularidades del alcalde saliente, el gaullista Alain Carignon, con una derrota ante el candidato socialista, Michel Destot. Carignon ha permanecido durante más de ocho meses en prisión preventiva y está pendiente de juicio, bajo la acusación de haber concedido la distribución de aguas de la ciudad a la corporación Lyonnaise des Eaux a cambio de financiación política y personal.

Inhabilitado por los tribunales y prácticamente en fuga el radical Bernard Tapie, que soñaba con estas elecciones, todos los pronósticos señalan que el nuevo alcalde de Marsella será Jean Claude Gaudin, de la coalición liberal-centrista Unión para la Democracia Francesa (UDF). Gaudin, eterno perdedor, ha cultivado durante años la complicidad del Frente Nacional.

Tolón es otra ciudad meridional marcada por la corrupción, hasta el punto de que una diputada, Yann Piat, fue asesinada hace un año por un grupo de mafiosos. Aunque los socialistas parten como favoritos por un estrecho margen, el Frente Nacional tiene posibilidades de hacerse con la alcaldía de Tolón y de consolidarse, en general, como una de las grandes fuerzas políticas de la Francia mediterránea y oriental, desde la Costa Azul hasta Alsacia.

En la capital alsaciana, Estrasburgo, los socialistas se juegan uno de sus bastiones. La alcaldesa Catherine Trautmann espera revalidar su mandato presentándose como dique de tolerancia frente al auge ultraderechista, que puede dejar en manos del FN varios municipios de la región. Pero la izquierda parece condenada a perder Clermont-Ferrand, donde el candidato conservador no es otro que el ex presidente Valéry Giscard d'Estaing.