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El parque eléctrico resolvería la mitad del déficit del agua

Las desaladoras son una solución en poblaciones con déficit estructural de agua y donde los abastecimientos no pueden ser satisfechos con recursos superficiales o subterráneos. Así lo estiman en los ministerios de Industria y Obras Públicas. El precio del agua potabilizada cuesta diez o quince veces más de la obtenida por sistemas convencionales.Capacidad sobra. Si se utilizara el parque eléctrico del litoral sur para la cogeneración se podría cubrir el 50% de los déficit de agua de todas las cuencas. Pero no sería razonable, en opinión del secretario general de la Energía, Alberto Lafuente. No toda la costa sur padece déficit estructural. Murcia, Cartagena y Almería quizá, pero no así Málaga o Cádiz. En estas últimas capitales llueve con más frecuencia. "Imaginemos que se instala una planta en Cádiz y dentro de dos años hay agua superficial a la décima parte del coste. La desaladora deja de funcionar. ¿Quién la paga? Al final podría, ocurrir que el país se encontrara con un parque de desaladoras que nadie sabría qué hacer con ellas. Hay que tener un poco de cuidado con esto porque tenemos una experiencia...".

Lafuente se refiere a las consecuencias de las dos grandes crisis energéticas. La primera generó pánico social y un gran temor a que nuestro país tuviera que hacer frente a restricciones por la subida del precio del barril. Al final no pasó nada. Hubo crisis económica y los coches se hicieron más eficientes; consumen menos gasolina. Pero el Gobierno de la época se embarcó en aprovechar las energías primarias nacionales (carbón), para no tener que depender del exterior, del que no se fiaba. Ahora se dispone de una red de centrales térmicas que consumen un combustible muy contaminante y mucho más caro que el importado.En la segunda crisis del petróleo se optó por las centrales nucleares, cuya construcción se paralizó luego. "Eso lo vamos a pagar en los próximos 20 años con un incremento del 10% en la tarifa eléctrica. Esa factura", añade Alberto Lafuente, "se la debemos a una reacción equivocada frente a la crisis. ¿Pasará lo mismo con las desaladoras? ¿Queremos agua desalada a cualquier precio? Es muy rentable en términos políticos ponerse a favor de la corriente, pero si al año que viene llueve y cambia el ciclo climático, ¿quién se chupará la planta, quién la pagará?".

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