Reformar la ley electoral
El aumento de la participación en las recientes elecciones municipales respecto a las de 1991 (de 58% a 70%) muestra que los ciudadanos quieren asumir su responsabilidad en el gobierno del país. El aumento de votos en blanco (en un 74% en Madrid) apunta a que al menos parte de la ciudadanía no se siente representada por partido alguno (incluyendo los que votaron al PP para castigar al PSOE, y al PSOE o a IU por miedo a la derecha). Las clases sociales se van desdibujando a medida que los trabajos pesados o repetitivos (¡y no repetitivos!) los hacen cada vez más máquinas manejadas por personas cada día más cultas. Por eso, malgré Bobbio, derecha e izquierda se van vaciando de contenido político.Es urgente reformar la ley electoral para que el ciudadano pueda elegir personas y puntos programáticos de cualquier partido y no verse obligado a votar en bloque por personas y programas que no conoce o no comparte. No pasará mucho tiempo para que se pueda prescindir de la partitocracia y de los representantes mediante la democracia directa por ordenador.-