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La discoteca Attica vulneró el precinto municipal,

La discoteca Attica, la catedral del bakalao -en cuya puerta perdió la vida el pasado domingo Pedro S. S., de 19 años-, abrió al público este, fin de semana después de vulnerar el precinto municipal ordenado el 20 de octubre de 1994 por el Ayuntamiento de Madrid, según fuentes de la Gerencia Municipal de Urbanismo. Este departamento preparaba ayer un nuevo decreto de cierre por ejercer la actividad sin licencia en terreno no urbanizable. Attica, ubicada en el kilómetro 15 de la carretera de Barcelona (a 500 metros del término municipal de Coslada), se había convertido el año pasado en el epicentro de la Ruta del Bakalao. Allí se reunían miles de jóvenes trasnochadores para recorrer numerosas discotecas de la región. Hasta que, el pasado octubre, el Ayuntamiento selló la discoteca (aunque autorizó la actividad del restaurante situado en la planta superior).

Según el departamento de Urbanismo de Madrid y la Policía Local de Coslada, este fin de semana la discoteca vulneró el sello municipal para organizar una fiesta estudiantil. A lo largo de la madrugada del pasado domingo cientos de jóvenes abarrotaron de nuevo el templo del bakalao. El arrendatario de Attica y del restaurante, Alejandro Conde, es regente de otras tres discotecas, en las que había anunciado la fiesta. Conde insistió ayer en que la celebración no implicó que se violara ningún precinto. "Dimos una fiesta, pero la hicimos en el bar, porque tenemos permiso para funcionar como una taquería mexicana, denominada Pancho Villa".

Sin embargo, reconoció que se abrió todo el local, incluida la discoteca. "Lo que hemos hecho es poner unas columnas de sonido y una pista y celebrar la. fiesta, pero no se ha quitado ningún sello". La taquería Pancho Villa abre todos los. días de siete de la tarde a tres de la madrugada. "Hasta que el cuerpo aguante, puedes bailar la música más divertida y beber los mejores emborrachantes", rezan los carteles colocados en la, fachada. En cambio, este fin de semana abrió de siete de la mañana a tres de la tardé. "Era una fiesta especial", justifica el empresario Conde.

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"Nadie le llevaba al hospital", dice una cliente de Attica

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Los servicios jurídicos municipales anunciaron ayer la presentación de una denuncia en el juzgado de instrucción contra los dueños de Attica.

El departamento Municipal de Disciplina Urbanística recordó que la reapertura vuelve a ser ilegal. El actual edificio de Attica era hace anos un restaurante. Por aquel entonces tenía la licencia para esa actividad comercial por su enclave junto a una autovía, pese a ocupar terreno rústico. Se trataba de una zona de servicio junto a la carretera.

Hace cinco años, unos empresarios alquilaron el restaurante por una década y lo transformaron en discoteca. Los arrendatarios pidieron un cambio de actividad y titularidad. Pero la junta de Barajas y el Ayuntamiento rechazaron las peticiones.

La decisión de cerrar el establecimiento, acompañada de la apertura del expediente -que puede desembocar en una demolición-, llegó en octubre del año pasado tras varios meses de controversia con los arrendatarios.

Varios jóvenes confirmaron que la pasada semana se anunció la reapertura. de Attica en otras discotecas del mismo empresario, pese a que el local de la carretera de Barcelona seguía precintado. Centenares de personas respondieron a la llamada. Una de ellas fue Pedro S. S., pescadero de 19 años, que salió a las siete de la mañana del domingo de su domicilio de Carabanchel. A sus padres les comentó que se iba al chalé de unos amigos. Pero se dirigió a la discoteca.

Según varios testigos, Pedro se desplomó dentro del local. Los amigos explicaron a los médicos que había consumido cuatro pastillas RR -un tipo de extásis- y un cuarto de gramo de speed (anfetamina en polvo). Una mujer, llamada Natalia, relató ayer a este periódico que se topó con el cuerpo insconsciente de Pedro cuando salía de la discoteca. "Estaba tendido, totalmente rígido, no se podía doblar y le daban como ataques. epilépticos. Dicen que varios porteros le sacaron así de la discoteca". "Me irritó que nadie de los que estaban afuera le llevase al hospital", prosigue Natalia. "Entonces le metimos en el coche y le llevamos ala clínica Asepeyo" (de Coslada). Al ingresar en el centro, la víctima sufría violentas convulsiones. A las cuatro de la tarde, los médicos certificaron su defunción.

Ayer, varias muestras del cadáver de la Víctima se enviaron al Instituto Nacional de Toxicología. Familiares del fallecido han explicado que era una persona endeble con problemas pulmonares.

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