El PP se siente marginado del plan de cierre de cuarteles de la Guardia Civil

El Partido Popular considera que la decisión de Interior de congelar el plan de cierre de cuarteles de la Guardia Civil es una muestra más de "una política caracterizada por la improvisación, muy propia de quien mucho abarca y poco aprieta", según manifestó ayer a este diario el secretario general del PP, Francisco Álvarez Cascos. Éste lamentó que Interior haya actuado "por su cuenta y riesgo", por lo que el PP se siente con plena libertad para opinar y criticar.La decisión del equipo ministerial de Juan Alberto Belloch no ha sido anunciada ni consultada previamente al Partido Popular, que ayer recordó que José Luis Corcuera, entonces ministro del Interior, expuso hace dos años al PP las líneas generales de un plan de despliegue de la Guardia Civil y del Cuerpo Nacional de Policía que trataba de evitar duplicidades.

Desde 1993, los populares no han vuelto a ser informados de planes concretos para reducir el número de acuartelamientos, de modo que este partido dice sentirse liberado de cualquier compromiso con el Gobierno.

La viceministra de Interior, Margarita Robles, ha decidido congelar el plan de cierre de cuarteles diseñado en la etapa de Luis Roldán al frente de la Guardia Civil (ver El PAÍS de ayer). Durante los últimos tres años han sido clausurados 432 acuartelamientos -situados en zonas campesinas- y estaba previsto hacer lo mismo con otros 608.

La Secretaría de Estado de Interior ha decidido replantearse este proyecto, encargando a todos los gobernadores civiles un informe sobre la situación de los cuarteles en sus provincias. A la vista de esta encuesta, Robles decidirá en otoño si se reemprende el plan de cierre de cuarteles, que en algunos municipios ha provocado la oposición vecinal.