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El Reino Unido se plantea tomar el control directo sobre Gibraltar, según un dominical británico

El Gobierno británico está a punto de tomar el control directo sobre Gibraltar, dejando fuera de juego al Gobierno de Joe Bossano, en un último intento de limpiar la reputación de la colonia, convertida en un centro de contrabando y blanqueo de dinero en los últimos años. Esta es la tesis que mantenía ayer en una información de primera página el dominical The Sunday Telegraph, portavoz de la derecha más radical del país, pero con buenos contactos en el Foreign Office.La orden preceptiva, que anularía el autogobierno en Gibraltar reemplazándolo por una línea directa dependiente de Londres, podría ser un hecho el mes próximo, según el dominical británico. Aunque de acuerdo con la misma información fuentes del ministerio de Exteriores británico ni confirman ni desmienten la veracidad de la noticia, según el periódico, el Gobierno de John Major está dispuesto a tomar la decisión en un intento de apaciguar a toda costa al español, cada vez más irritado por la conducta de Gribaltar. "Los gibraltareño", recoge The Sunday Telegraph, "temen que la decisión británica pueda ser el primer paso en el camino hacia una disolución o rendición de la soberanía británica de la colonia para entregársela a España". La creciente irritación española por la impunidad con la que el contrabando de ilícitos se desarrolla en la colonia británica motivó una protesta formal del ministro de Exteriores español, Javier Solana, durante una visita a Londres en diciembre pasado. A raíz de esa visita, los Gobiernos de Madrid y Londres acordaron organizar una comisión bilateral para estudiar este problema concreto. La comisión -en la que están incluidos representantes de Gibraltar- se ha reunido dos veces sin alcanzar acuerdo alguno.

Sin embargo, a medida que se aproxima la fecha del 1 de julio, cuando España tomará las riendas de la Unión Europea, crece el interés británico por evitar cualquier motivo de resentimiento español que pueda traducirse en algún perjuicio político para el Reino Unido.

Douglas Hurd, ministro británico de Exteriores, ya ha advertido a Bossano de la gravedad de la situación, en una entrevista celebrada hace pocas semanas. La advertencia de Hurd fue poco menos que un ultimátun conminando al líder gibraltareño a que ponga orden en la actividad de los bancos, en un plazo de "semanas", amenazándole en caso contrario con una intervención directa de Londres.

Otra cosa diferente es que la aparente línea dura de Londres puede ser eso, sólo aparente, dada la delicada fase comunitaria que se avecina. Además del contencioso de Gibraltar siempre abierto, las relaciones entre España y el Reino Unido atraviesan un mal momento como consecuencia de la actitud extremadamente beligerante contra España adoptada por el Gobierno británico durante la guerra del fletán con Canadá.

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