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FUTBOL PRIMERA DIVISIÓN

Un partido al borde de Segunda

DAVID GONZÁLEZ FORJAS El tren del descenso pasó, ayer por Valladolid. Dos entrenadores debutantes en Primera División, Santos en el Valladolid y Galilea en el Logroñés, fueron los encargados de conducir dos naves a la deriva pero cuyo destino final se ve ya en el horizonte del mes de junio. Las matemáticas y un gol en propia meta dan todavía alguna opción de salvación al cuadro blanquivioleta, pero la teoría se desdice fácilmente con lo visto ayer en Zorrilla.

Los dos equipos se lanzaron en la primera mitad a un carrusel de errores en defensa, en el pase y en los pocos remates a puerta que hubo. Sólo dos minutos de electricidad tuvo el partido en esta fase. Un saque de esquina rematado por Villanova adelantó al Logroñés pero un minuto después Alberto desafía la alegría riojana y las críticas que comenzaban a crecer en la grada.

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La segunda parte sólo tuvo un detalle que destacar, un detalle triste. El espectáculo ofrecido en los primeros 45 minutos habíaempeorado. El Logroñés, en el colmo de sus desdichas, hizo el resto del trabajo para el equipo vallisoletano. Herrero batió a Ochotorena cuando intentaba despejar un balón centrado por Iñaki. Fue el cúmulo de los despropósitos.

No hubo nada más hasta el final del encuentro, un partido de Segunda con un resultado que no pasa de la anécdota para un equipo como el Valladolid que ayer, de no ser por otros resultados, se habría ganado a pulso el descenso a la categoría de plata.

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