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El Senado de EEUU aprueba el plan de equilibrio presupuestario para el 2002

El Congreso norteamericano dio el jueves por la noche otro paso decisivo hacia la revolución presupuestaria defendida por la mayoría republicana. La aprobación por parte del Senado, después de cinco meses de debates, de un plan que trata de que en el año 2002 haya equilibrio entre ingresos y gastos implica llevar a cabo profundos recortes en el gasto público y cambiar las dimensiones de la administración y de los organismos gubernamentales. Los republicanos deben ahora resolver sus diferencias internas sobre el alcance de la reducción fiscal.Para Bob Dole, dirigente de la mayoría republicana en el Senado, la votación "hace historia" y viene a corregir, gracias "al terremoto de las elecciones de 1994", la acumulación del déficit después del control de las cámaras por parte de los demócratas. Jim Exon, que se batió sin éxito en contra del proyecto, señaló: "Este presupuesto repercute injustamente sobre las personas mayores, los niños y los ciudadanos menos afortunados y, en cambio, roza sólamente el bolsillo de los más favorecidos".

El plan, aprobado por 57 votos contra 42, contó con el respaldo de tres senadores demócratas y la abstención de una senadora republicana. El paso siguiente es adaptar las iniciativas contenidas en el proyecto a las que figuran en el plan aprobado por la Cámara de Representantes la pasada semana.

El Senado propone el equilibrio presupuestario en siete años a partir de recortes en el gasto público que ascienden a casi un billón de dólares. La Cámara de Representantes va más allá y eleva la poda del gasto hasta 1,4 billones en el mismo periodo de tiempo. Los dos proyectos apuntan cantidades similares de reducción en los gastos de asistencia sanitaria Y, para los ancianos y los desposeídos. En defensa, el Senado se atiene al proyecto de Clinton de congelar los gastos -en la práctica, un aumento de 25.000 millones en siete años- y la Cámara contempla un incremento cercano a los 70.000 millones. El Senado propone eliminar el Departamento de Comercio y la Cámara, siempre más radical, quiere que además de Comercio desaparezcan Energía y Educación.

El problema fundamental, más que afinar en la profundidad de los recortes, reside en las propuestas de reducción de impuestos. El Senado cree que no debe pasar de 170.000 millones de dólares, mientras que la Cámara llega hasta los 353.000 millones.

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