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Entrevista:28 MAYO

"Hay que regar los jardines con el agua que desechan los pisos"

José Manuel Romero

La profesora de Derecho Penal Ana Isabel Silva Nicolás, de 45 años, no votó hasta los 43. Y lo hizo porque encabezaba la lista madrileña de Los Verdes, con la que recaudó 19.000 sufragios en as últimas elecciones generales. De abstencionista pasó a candidata. Y en el proselitismo se estableció. Hoy compite por la alcaldía de Madrid desde una formación, Los Verdes-Grupo Verde, que son tres partidos unidos. Ana Isabel Siva nació en el movimiento libertario y militó en la CNT. No. se considera ecologista: "Provengo del movimiento social, aunque me sé los temas de medio ambiente". En el festín electoral, se siente como el pariente pobre que nunca es invitado a la mesa. Pero mantiene la ilusión y reivindica el lema de su campaña: "Podemos lograrlo".P. ¿La división seguirá derrotando a Los Verdes?

R. El salto del movimiento reivindicativo al movimiento político implica una renuncia. A los que vienen de grupos minúsculos les cuesta renunciar a integrarse en algo mayor. Ese es un primer problema. Tampoco ha habido una personalidad que aglutine a todos. Y luego resulta que surgen en periodo electoral grupos de nuevo cuño apelando al término verde que crean mucha confusión. Hay, por tanto, una división ficticia que' responde a múltiples siglas que aparecen coyunturalmente en todas las elecciones.

P. Sise hubieran integrado en Izquierda Unida hubieran garantizado la presencia del movimiento verde en las instituciones.

R. La idea en abstracto, a mí no me ha seducido nunca, no he sido partidaria de establecer relaciones con Izquierda Unida. El cursillo de medio ambiente al que ha sido sometido IU ha sido demasiado acelerado. Y aunque es positivo que incorporen estos asuntos en sus programas, cuando hablan ellos de lo rojiverde, el dar una manita de pintura a un programa rojo, implica que al primer desconchón, la manita de verde se te cae y aparecen los planteamientos que siguen siendo demasiados tradicionales y rígidos.

P. ¿Que haría con el servicio municipal de limpieza?

R. Devolveríamos la limpieza viaria a los funcionarios municipales. Es un problema de buena gestión. Por ejemplo, ahora Focsa tiene la exclusiva de la recogida de papel. A los madrileños nos cuesta ocho pesetas por kilo esa recogida y, además, se impide que el chamarilero que tradicionalmente tenía una salida laboral no la tenga ahora. Si se eliminase esa contrata, el Ayuntamiento se ahorraría dinero y ocuparía a los chamarileros.

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P. ¿Que diferencias encuentra entre la gestión de Álvarez del Manzano (PP) y la de Barranco (PSOE)?

R. Con el PP, la atención social y la cultura han salido perjudicadas.

P. Resuelva los problemas de tráfico y transporte.

R. Para hacerlo, hay que garantizar al ciudadano la puntualidad del servicio de transporte colectivo, como ocurre en los países europeos. Ahora, sin embargo, hay que pedir al usuario una dosis de renuncia y heroismo para que confíe en el transporte publico. Si fuera eficaz y puntual, se puede entorpecer el aparcamiento, vigilar la doble fila...

P. Pretenden combatir a los automovilistas.

R. Nos hemos ido acostumbrado más por mentalidad que por comodidad a utilizar el coche. Y ocurre como consecuencia del déficit de los servicios públicos. Yo creo que es la cultura impuesta la que nos hace pensar que quien no tiene coche propio y piso en propiedad es un desgraciado, y sin embargo, en Europa del Norte, hay ciudadanos felices y con un nivel de vida muy superior viajando en transporte público y viviendo en un piso en alquiler.

P. ¿Cual es el mayor atentado contra el medio ambiente que ha sufrido Madrid durante el pasado mandato?

R. El proyecto que existe para la Casa de Campo, que llena el bosque de cemento y trasforma el lugar de ocio en un lugar de consumismo hostelero. Nuestro plan es de recuperación, comenzando por impedir el tráfico privado.

P. ¿Le gustan los cuatro enormes barrios previstos en la periferia de Madrid?

R. Creo que el crecimiento residencial se tendría que desarrollar en los municipios limítrofes. Con los nuevos barrios se priva a Madrid del respiradero.

P. ¿Y como garantiza entonces que existen viviendas para que las parejas jóvenes no abandonen la ciudad?

R. En Madrid hay muchas sin alquilar. Pero estamos de nuevo ante la cultura de la propiedad. Y no es esa la cultura que nosotros preconizamos. Los intereses económicos de las constructoras imponen esa cultura. Pero si hubiera opciones de casas baratas municipales o privadas que se ofertarán en alquiler viable, la gente no tendría necesidad de esos pisos en propiedad.

P. Prefiere el trazado de la línea 10 que defiende la popular Esperanza Aguirre (bajo tierra) o el socialista Julián Revenga (con un puente).

R. La de Aguirre, por debajo. Nosotros creemos que el impacto ambiental que puede tener el subterráneo es inferior y es reparable mientras que el impacto que produce la línea en superficie es claramente mayor.

P. El Ayuntamiento y la Comunidad pretende terminar en los próximos años dos nuevos campos de golf. ¿Que harían ustedes con estos proyectos?

R. Los campos de golf consumen más agua que Albacete. En ningún caso autorizaríamos nuevos campos.

P. Gestione el agua.

R. Proponemos una doble canalización de agua para Madrid. Una canalización de agua potable para uso doméstico y otra de aguas recicladas o de aguas subterráneas para el riego y otros usos. Reclamamos que las casas de los nuevos barrios, al igual que es obligatorio el garaje, se exija realizar unas obras para recuperar sus aguas y si quieren regar el jardín, lo hagan con el el agua que inicialmente han desechado.

P. El mobiliario urbano ha decorado esta campaña. ¿Qué le sugiere?

R. Plantea la contradicción de tener que supeditarnos a los intereses económicos de empresas publicitarias. Por un lado, el Ayuntamiento se gasta un dinero en tratar de prevenir el alcoholismo juvenil y, por otro lado, desde las vallas publicitarias de los chirimbolos se anuncian bebidas alcohólicas. Pienso que nos podríamos ahorrar la campaña de concienciación contra el alcoholismo simplemente no incitándolo.

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