Ceuta duda si aceptar o rechazar el estatuto

Elecciones, si, pero ¿de qué tipo? ¿Estas son elecciones locales o autonómicas? Y es que, después de casi 15 años de lucha autonómica, Ceuta se encuentra por vez primera con unas elecciones distintas, pero pocos saben hasta qué punto. Detrás de esa presunta confusión sigue latiendo la duda de si lo que esta vez se vota es un estatuto de autonomía, un prototipo de estatuto o una carta municipal.Tras años de acuerdos y desacuerdos, de muchas vicisitudes y de varios borradores, el PSOE y el PP lograron en 1994 ponerse de acuerdo en unos mínimos que han dado cuerpo a los estatutos de autonomía de las dos plazas de soberanía. En Ceuta, en mayor medida que en Melilla, donde el estatuto fue recibido casi sin protestas, no todos están satisfechos.

IU, PSOE y PP son siglas presentes en todo el Estado español, pero en Ceuta, junto a esas papeletas, figurarán en los colegios electorales el día 28 otros sufragios con las siglas PFC, Ceu y PSPC. Estas últimas tienen en común su rechazo al estatuto aprobado y su exigencia de convertir a la ciudad en una auténtica comunidad autónoma.

El reparto de escaños en el Ayuntamiento, que, tras las elecciones pasará a llamarse de igual modo Asamblea de la Ciudad, es favorable a las formaciones localistas. Dos de ellas, Progreso y Futuro de Ceuta (PFC) y Ceuta Unida (Ceu), constituyen el actual equipo de Gobierno. Durante buena parte de la legislatura, el PSOE también lo integró con sus tres concejales.

En la oposición, el Partido Socialista del Pueblo de Ceuta (PSPC), el Centro Democrático y Social y el Partido Popular, que sigue siendo la principal alternativa de poder. Si el estatuto de autonomía no hubiese interferido en la campaña, el candidato popular, Jesús Fortes, tendría todas las bazas para ser el próximo alcalde.

Pero entre Fortes y el sillón de la alcaldía está la cuestión autonómica. Y es que durante años también los populares exigieron para Ceuta un estatuto de plena comunidad autónoma. En esta legislatura, su posición cambió, lo que permitió el consenso con el PSOE. Para los partidos localistas, su acercamiento a La Moncloa ha obligado a los populares a asumir posturas "de Estado".

El PP insiste en que se ha tratado de un enfoque pragmático que sólo supone un primer paso. Sea como fuere, no parece que muchos de sus votantes les hayan perdonado el gesto. Las encuestas les otorgan hasta nueve de los 25 escaños, lo que les obligaría a pactar, pero ¿con quién?

Queda claro que, si los partidos son coherentes con lo expuesto durante semanas, el PP sólo podría aliarse con el PSOE. El posible acuerdo entre populares y socialistas se basaría en la defensa del estatuto.

Si el PP no podrá gobernar en solitario, tampoco podrá hacerlo la principal fuerza localista, Progreso y Futuro de Ceuta. El PFC acaba de cumplir ahora sus primeros cuatro años de vida. Nació como una agrupación electoral de la mano de un ex militante socialista, Francisco Fraiz, tan sólo dos meses antes de las elecciones de 1991. Fue, no obstante, capaz de lograr 11 concejales. El desgaste del Gobierno municipal y la inhabilitación de su fundador apuntan a que ahora perderá muchos votos.

Pactar será, pues, el verbo a conjugar, si es que la primera Asamblea de la Ciudad de Ceuta opta por dotarse de un Gobierno estable. Y, si al PP sólo parece abrírsele la posibilidad de un Gobierno junto al PSOE, los localistas tienen mas opciones. Aunque el actual alcalde pierda votos, un ascenso de su socio minoritario, Ceu, compensaría su retroceso.

Mientras tanto, los ceutíes, en muchos casos, no terminan de tener claro qué es lo que comienza el 28 de mayo. El censo electoral habla de casi 51.000 ceutíes con derecho al voto. De ellos, 20.000 firmaron la carta que hace unos días fue entregada al Defensor del Pueblo, Fernando Álvarez de Miranda. En ella se le solicita que recurra ante el Tribunal Constitucional el estatuto aprobado por el Gobierno. Buena parte de los firmantes se manifestaron el 6 de octubre de 1994 en protesta contra la autonomía de saldo que se otorgaba a Ceuta. Muchos de ellos aún reflexionan sobre si con su voto deben seguir propugnando hacer de Ceuta una autonomía como las demás o, al contrario, deben aceptar el actual estatuto como un mal menor.