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El Banco de España cifra en un 7% el aumento de la demanda de crédito en el trimestre

Victoria Carvajal

Las entidades financieras españolas han entrado en una fase de recuperación firme gracias al descenso de la morosidad, que acompaña habitualmente a una fase expansiva, y al aumento de la demanda de crédito. "Lo peor ha pasado", dijo ayer en Madrid el subgobernador del Banco de España, Miguel Martín, quien pintó un panorama moderadamente optimista en los próximos meses."La situación de la rentabilidad y de los recursos propios es muy satisfáctoria", señaló Martín ante representantes del sector financiero en un encuentro organizado por el diario Cinco Días, la firma de auditoría Coopers & Lybrand y la multinacional Hewlett Packard. El subgobernador destacó el aumento de "entre un 7% y un 8%, en términos reales, de la demanda de crédito en el primer trimestre comparado con los últimos meses del año 1994". Pese a esta mejor evolución, Martín señaló que los márgenes financieros -la diferencia entre lo que paga la entidad los depósitos y lo que cobra por sus créditos- siguen estrechándose. También advirtió a las entidades financieras que "siempre que se amplíe la gama de servicios es necesario saber gestionar los riesgos asumidos".

A juicio del subgobernador, instrumentos financieros como los derivados -futuros y opciones que se utilizan para apostar sobre la evolución de los tipos de interés, tipos de cambio o índices de Bolsa- tienen grandes posibilidades "pero son muy delicados para usar en manos inexpertas". Martín instó a los bancos a crear grupos de trabajo formados por gestores de riesgo y auditores.

Una idea que también apoya el Banco de Pagos Internacionales (BIS), que agrupa a los bancos centrales de Europa, EE UU, Canadá y Japón. En un informe publicado ayer, en el que analiza el impacto en el sistema financiero internacional de la crisis mexicana y la quiebra del banco británico Barings -producida por las operaciones con derivados que efectuó un solo operador-, el BIS destaca las deficiencias en la gestión del riesgo de los bancos y el escaso intercambio de información entre las autoridades supervisoras.

Pese a las pérdidas registradas por algunas entidades al usar derivados, la demanda de estos instrumentos sigue creciendo: de enero a marzo alcanzó una cifra récord de 304,5 millones de nuevos contratos.

Martín no quiso comentar sobre la decisión del Banco de España de mantener invariable, en el 8,5%, el precio oficial del dinero. La noticia no sorprendió al mercado, donde se barajaba la posibilidad de que la autoridad monetaria espere al dato de IPC de mayo para volver a subir los tipos. Pero algunos operadores extranjeros, tras el pésimo dato de precios en abril -que dejó a la inflación en el 5,2%-, esperaban un aumento y cuestionaron ayer la independencia del Banco de España, a falta de seis días para las elecciones municipales. La peseta se depreció levemente -de 87,40 a 87,75 unidades por marco-, arrastrada por el franco y la lira. El mercado de deuda subió y la Bolsa ganó un 0,77% hasta los 300,46 puntos.

[También la Reserva Federal de Estados Unidos optó ayer por la cautela y decidió mantener estable el tipo de interés e corto plazo en el 6% fijado el pasado febrero, después de, seis alzas en un año para esacelerar las tendencias inflacionarias, informa Reuter.]

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