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Fuga televisada en Porsche

Dos presidiarios recorren Alemania en un deportivo con un rehén en su interior

La policía alemana realiza desde la madrugada del lunes una espectacular persecución de dos peligrosos delincuentes que consiguieron escapar de la prisión de Celle (en el Estado de Baja Sajonia) bajo amenaza de matar a un funcionario que capturaron como rehén. Para la huida utilizaron un potente coche Porsche de gran cilindrada que les facilitó la propia policía. La persecución ha sido convertida en una verdadera película, transmitida en directo por la televisión, en la que además de la velocidad no faltan otros elementos del más puro drama, como el sida.Peter Strüdunger, de 38 años, y Günter Finneisen, un año más joven, decidieron que, ya que son portadores de anticuerpos del virus del sida, no tenían nada que perder.

Después de preparar durante meses su escapada, los dos reclusos, que han sido calificados como "muy peligroso?, consiguieron tomar como rehén, con armas que ellos mismos fabricaron, al funcionario Dietmar Kraft, de 35 años y padre de dos hijos. Strüdunger ya había intentado secuestrar a un funcionario en 1984, pero entonces fue detenido y condenado por ello a siete años de cárcel adicionales.

Lo sorprendente en esta ocasión ocurrió cuando la policía decidió que era mejor acceder a sus pretensiones: entregarles 200.000 marcos (unos 18 millones de pesetas) y un automóvil deportivo Porsche, con el que emprendieron la huida por el norte de Alemania. Armados también con un teléfono celular, los dos delincuentes se pusieron en contacto con diversas emisoras de radio y televisión, desencadenando una verdadera carrera entre los periodistas que siguen la persecución en caliente de la propia policía.

Tras la pista de los dos reclusos fue asignada inicialmente una unidad policial especial. Después de que, por la noche, les hubiesen perdido el rastro, la policía puso tras ellos una verdadera caravana de vehículos y helicópteros, que marcan claramente la ruta que deben seguir los periodistas. Los presidiarios exigen que se suspenda la persecución. Por el contrario, la policía confía en detenerlos por cansancio.

En una llamada a la cadena de televisión N-TV, los dos reclusos manifestaron ayer que no habían dormido desde que iniciaron la huida. Actuando de modo relajado, también dejaron hablar a su rehén, que dijo encontrarse bien. Las entrevistas con los secuestradores y su detenido han sido criticadas por el Consejo Alemán de Prensa que considera que sólo benefician a los delincuentes.

Strüduriger y Finneisen vagan por las carreteras del norte de Alemania sin que parezca que tengan claro un rumbo determinado. En las primeras horas de la persecución llevaron a la policía y a las cámaras de la televisión que los siguen a los pequeños pueblos en que pasaron sus infancias, como si quisieran que los minutos de notoriedad de que disfrutan fueran ensalzados con su currículo que incluye robo y fraude en un caso, y asesinato en el otro.

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