Madrid en Danza reúne a siete jóvenes bailarines españoles que han triunfado en el extranjero

El festival Madrid en Danza ha logrado que hoy y mañana estén en el mismo escenario siete bailarines españoles, que triunfan en el extranjero. Todos tienen menos de 30 años, todos decidieron un buen día liarse la manta a la cabeza y probar suerte fuera de nuestras fronteras, todos dicen que aquí es casi imposible vivir del baile y todos reconocen que trabajarían en España si se pudiera. Casi todos debutan en su país con esta gala.

, Alicia Olleta. Madrileña, de 27 años. Primera bailarina en la ópera de Düsseldorf. Hace nueve años sacó un billete de tren y se dirigió a Alemania sin ningún destino concreto. Lo único que tenía claro era que quería encontrar un hueco en una compañía de baile. "Aquí no lo veía muy claro", dice. No tener ni idea de alemán no fue ningún impedimento para probar suerte en tres compañías hasta dar Con la ópera de Düsseldorf, donde la admitieron a la primera. Y a los tres meses ya era solista. "Me gustaría bailar en España, aunque no en cualquier condición", afirma.Bienvenido Guisado. Madrileño, de 22 años. Solista de la Opera de Leipzig. "En España no hay nada, no hay posibilidades. De hecho, todos los que estamos fuera hemos llegado a solistas. En España hay muy buen nivel, pero hay que irse", dice este joven bailarín que hace tres años decidió irse "a dar una vuelta por Europa sin saber ningún idioma". Le habían rechazado en el Ballet Nacional y en la compañía de Víctor Ullate. "Si me hicieran una oferta aquí, volvería", dice.

Olga Cobos. Catalana, de 26 años. Solista de SOAP Dance Theatre de Francfort. Lleva cinco años fuera de España, gracias a la propuesta que le hizo un coreógrafo al que había conocido en unos cursos. Él le propuso trabajar en Alemania, y ella no se lo pensó dos veces. "Ahora sí me gustaría trabajar, en España. Creo que hay bastantes coreógrafos interesantes. El problema es el dinero, aquí se vive mal de la danza", comenta.

Sonia Rodríguez. Nació en Canadá hace 22 años, pero siempre ha vivido en Madrid. Solista en el Ballet Nacional de Canadá. Ganó un concurso de danza en Italia. La cabeza del jurado era la directora de la compañía en la que baila desde hace Cinco años. "Me ofreció pasar una audición, y no me lo pensé", dice. Ahora reconoce que los comienzos, son muy duros. "Me gustaría bailar en España, soy de aquí", añade.

Joan Boix. Barcelonés, de 24 años. Primer bailarín de la ópera de Düsseldorf. Lleva ya seis años bailando fuera de España. El primero lo pasó en el Ballet Kirov, de Leningrado. Luego pasó otros tres años en una compañía francesa y, "por cambiar de coreógrafos" se trasladó a Alemania. "Me hicieron una prueba y me cogieron en la Opera de Düsseldorf, en la que hay 70 bailarines y 65 somos extranjeros", cuenta este joven, que salió de España sin saber ningún idioma.

Roser Muñoz. Catalana, de 23 años. Solista del Ballet de la ópera de Leipzig. Lleva cuatro temporadas fuera de España. Estuvo un año becada en Leningrado y otro en Francia. "Decidí irme para ver lo que había fuera. Aquí está todo bastante mal", dice. Reconoce que se pasa mal al principio. Roser, con varios premios, piensa que todavía no es el momento de regresar a España.

José Martínez. Cartagenero, de 26 años. Primer bailarín de la Opera de París. Lleva ya 12 años en Francia. Ganó un concurso para jóvenes bailarines, lo que le dio derecho a escoger una escuela para seguir estudiando. "A mí me gustaba la Opera de París. Estuve como estudiante y pasé las pruebas para formar parte de la compañía", cuenta. Ahora es el único español de esa legendaria formación con un contrato indefinido. Y primer bailarín. "Si me ofrecieran un trabajo como el de allí, volvería", asegura.

Gala de bailarines españoles en el extranjero. Centro Cultural de la Villa (plaza de Colón, s/n). Sábado 20, a las 20.30; domingo 21, a las 19.30. Entradas: 2.000 pesetas.