Anguita pide para IU el voto de los socialistas

Socialistas, socialdemócratas y comunistas del mundo, uníos. Julio Anguita, coordinador general de IU, apeló ayer a la conciencia de la izquierda, de los desencantados y de los indecisos, de los votantes y de los militantes del PSOE, para que todos apoyen su opción y se ponga fin al bipartidismo del PP y el PSOE. En Barcelona, ante 4.000 simpatizantes, puso, nombres a quienes se han conjurado con José María Aznar: Emilio Botín y José María Cuevas.

Cataluña es otra cosa. Y Anguita, un invitado de Iniciativa per Catalunya (IC). Como tal se comportó: educado y formal, a lo que Rafael Ribó, líder de IC, diga. Éste oficio de perfecto anfitrión. Dijo que la semana final estará dedicada a buscar y conseguir el voto de los indecisos. Anguita asintió.El discurso de uno y otro es similar. Porque, si Anguita habla de romper el bipartidismo, Ribó habla con el mismo entusiasmo de que se romperá el pacto entre Jordi Pujol y Felipe González.

Anguita dio ayer otro paso. No reclama ya el voto de la izquierda. Sobre todo, convocó a los socialistas, a los votantes y simpatizantes del PSOE, a los socialdemócratas, y apeló a su conciencia. Era la primera vez qué lo hacía tan claramente. En su análisis, la izquierda no existe fuera de IU.

Ayer profundizó además en sus ataques a la derecha. Así, habló de una conjura de la clase dominante para situar a Aznar en la cúspide. Fue concreto. Y hablo de hechos. Uno: la apuesta de Botín, el presidente del Banco Santander por Aznar. Otro: la de Cuevas También por Aznar. Basta con leer

Anguita leyó a quien empieza a ser uno de sus clásicos: Luis María Ansón, el director del Abc y, según él, un teórico de la derecha inteligente. Ansón dice que Anguita pasea como una encíclica por polideportivos y plazas que hay que domeñar al PSOE, pero que no desaparezca. Tiene que ganar el PP y el PSOE debe quedar como segunda fuerza para que la izquierda radical de Anguita no emerja. Éste compara esa situación con el clásico de Lampedusa: que cambie todo para que nada cambie.