Ojalá nunca más

Queremos hacer pública nuestra indignación. Sabemos que el tema del voluntariado en la Cruz Roja Española nos sobrepasa, y somos conscientes de que este testimonio se quedará en eso, en un, testimonio más. Pero esperamos sinceramente que éste se una a otros, que la gente no calle ante situaciones parecidas. El pasado Viernes Santo, en plena acampada, tuvimos la desgracia de presenciar cómo se accidentaba mortalmente un amigo al caer a una poza natural. A pesar de que se trataba de un lugar de difícil acceso, conseguimos llegar al herido y mantenerlo con vida, gracias a la impagable ayuda de varias personas que por allí se hallaban en ese momento. La ambulancia vino relativamente rápido, pero cuál fue nuestra sorpresa al encontrarnos con dos flanes de camilleros, más nerviosos que cualquiera de los presentes: incapaces de ensamblar con presteza una simple camilla de tijera, de colocar un collarín, ignorantes de la situación del herido, al cual nos vimos obligados a mover de forma imprudente por carecer de una opinión verdaderamente cualificada, por no citar los problemas para colocarlo en la bandeja de la ambulancia; en fin, incapaces por completo de hacerse cargo de la situación.Entonces no lo sabíamos, pero nuestro amigo no tenía salvación, las heridas eran muy graves; pero ¿y si no hubiera sido así? ¿Y si su vida hubiera dependido de una intervención precisa y eficaz? ¿Y si no hubiese habido por allí gente con un mínimo de sangre fría?-

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