Miterrand: "Me voy sin asomo de amargura o arrepentimiento"
François Mitterrand, ya ciudadano de a pie, quiso cerrar limpiamente el amplio círculo de sus 14 años en la presidencia de la República. El 21 de mayo de 1981 salió de la sede socialista, en la calle de Solferino, para dirigirse al palacio del Elíseo. Ayer, 17 de mayo de 1995, volvió a la calle Solferino en cuanto abandonó el palacio. "De aquí venía, aquí vuelvo, para siempre" dijo a los militantes. El Partido cialista, que él refundó en 1971, le dió su adiós con rosas y lágrimas. "Me voy sin el menor asomo de arrepentimiento o amargura" afirmó el ex presidente.
anciano líder socialista, acomñado por su esposa Danielle, ó el coche a un centenar de etros de la sede del Partido So-lista (PS) e hizo a pie, entre víres, rosas rojas y lágrimas, el timo trecho del camino. Un ¡llar de personas le esperaban la calle. Henri Einmanuelli, ionel Jospin, Laurent Fabius y
erre Mauroy le recibieron en el rtal.
De sus cinco primeros minisos socialistas, sólo estuvieron auroy (1981-1984) y Fabius 984-1986). Michel Rocard 988-1991) prefirió evitar por a vez a su detestado rival, y exsó su asistencia. A Edith Crésn (1991-1992) la retuvieron en ruselas sus ocupaciones como misaria de la Unión Europea. ¡erre Bérégovoy, el último 992-1993), quizá el más fiel, se icidó semanas después de ceer la jefatura del Gobierno a douard Balladur.
Mitterrand hizo ante el parti-
o el discurso- de despedida que
refirió evitarles a los franceses, por no abusar de la teatrahad". Fue un adiós largo, de casi na hora, con gotas de emoción de ironía, en el que habló más el futuro que del pasado. Cuando los franceses quieran ambiar de política", dijo a su ente, "acudirán a vosotros".PAÍS, jueves 18 de mayo (
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anciano líder socialista, acom-
ñado por su esposa Danielle, ó el coche a un centenar de etros de la sede del Partido Solista (PS) e hizo a pie, entre víres, rosas rojas y lágrimas, el timo trecho del camino. Un ¡llar de personas le esperaban la calle. Henri Erninanuelli, ionel Jospin, Laurent Fabius y erre Mauroy le recibieron en el rtal.
De sus cinco primeros minisos socialistas, sólo estuvieron auroy (1981-1984) y Fabius 984-1986). Michel Rocard 988-1991) prefirió evitar por a vez a su detestado rival, y exsó su asistencia. A Edith Crésn (1991-1992) la retuvieron en ruselas sus ocupaciones como misaria de la Unión Europea. ¡erre Bérégovoy, el último 992-1993), quizá el más fiel, se icidó semanas después de ceer la jefatura del Gobierno a douard Balladur.
Mitterrand hizo ante el partio el discurso- de despedida que
refirió evitarles a los franceses, por no abusar de la teatrahad". Fue un adiós largo, de casi na hora, con gotas de emoción de ironía, en el que habló más el futuro que del pasado. Cuando los franceses quieran ambiar de política", dijo a su ente, "acudirán a vosotros".
logios a Jospin
o fue parco en elogios a Lionel
ospin, a pesar de las complica-
as relaciones personales entre mbos. Hablóde su "hermosa ampaña" por la presidencia, y ij o que su resultado, '47%-48%, no fue poca cosa, fue 1 principio de una reconquista". 'Volvemos a ser una fuerza políica y social capaz de dar a Fran¡a más justicia y más libertad", anifestó. Compensó las palaras para Jospin con otras para u rival Henri Emmunuelli, prir secretario del PS, recién conenado por financiación ¡legal el partido. "Todos hemos sufrio con él en la prueba por la que
a pasado", afirmó, antes de darle las gracias "por su disciplina y su lealtad" y de proclamar que el PS era "un partido de hombres honestos".
Cuando habló de sí mismo y de su gestión presidencial, Mitterrand se embozó tras su habitual distanciamiento. "Llegué al poder", dijo, "en el peor momento de la crisis económica, lo dejo en mejor situación. Me voy sin el menor asomo de arrepentimiento o amargura, con la misma tranquilidad con que llegué. Acabo mi vida política. Afronto la última etapa de mi existencia, de la que ignoro la duración,pero que no será extremadamente larga". Y el ex presidente enfermo añadió, sonriente: "Aquí o allá, tendremos 1,3 fortuna de reencontrarnos"..
La plana mayor socialista le invitó luego a un almuerzo, durante el cual se le ofreció un regalo sorpresa: un Renault Twingo de color verde, "para los desplazamientos por Latchez", su residencia campestre.
Tras el almuerzo, Frano;ois Mitterrand comenzó el resto de su vida. Acababa de ingresar en el más reducido club del mundo, el de ex presidentes de la República Francesa, con sólo dos miembros: Valéry Giscard d'Estaing y él mismo. La pertenencia al club tiene sus ventajas. La primera, nada despreciable, el derecho a perpetuidad al tratamiento de presidente. También incluye un sueldo de casi 40.000 francos mensuales (cerca de un millón de pesetas), la asignación de cuatro funcionarios como secretariado permanente, coche oficial y chófer, y protección policial.
Además, la Hacienda francesa se hará cargo de sufragar el alquiler y los gastos corrientes del nuevo despacho de Mitterrand, situado en la nobilísima zona de la Escuela Militar.
Juppe dirigirá' el 'Gobierno del cambio'
Alain Juppé, nuevo primer ministro, será el encargado de plasmar en la realidad la difusa pero arrolladora voluntad de cambio que ha llevado a Jacques Chirac hasta la presidencia. El Gabinete será presentado hoy, y su perfil ya está bien definido: entre 25 y 28 ministros y una decena de secretarios de Estado, con una importante presencia femenina y gran atención a los problemas sociales. Juppé, bordelés de 49 años, destacado tecnócrata, europeísta, apodado Amstrad por su capacidad para analizar grandes volúmenes de información, se ha ganado el palacio de Matignon durante sus dos años como ministro de Exteriores.Su actuación en asuntos tan delicados como la negociación del GATT reforzó su prestigio de hombre frío y competente, amasado durante largos años como cerebro del chiraquismo. Y, pese a las zancadillas del dúo Édouard Balladur-Charles Pasqua, se ha granjeado el respeto de las cancillerías europeas. Milita en el gaullismo desde que se graduó en la elitista Escuela Nacional de Administración, y ha sido asesor de Chirac en la alcaldía de París y ministro del Presupuesto entre 1986 y 1988. Desde la renuncia de Chirac a la presidencia de la Reagrupación para la República (RPR), el partido gaullista, para lanzarse a la campaña presidencial, Juppé ocupa interinamente el cargo.
Su gestión como primer ministro será esencial para consolidar sus aspiraciones presidenciales. Nunca ha negado que le gustaría ser candidato al Elíseo en 2002. Para su Gobierno del cambio, Juppé piensa crear nuevas carteras, como la dedicada a la lucha contra la exclusión social y otra dedicada a la solidaridad entre las generaciones. También se espera que amplíe las responsabilidades nominalmente atribuidas al Ministerio de Trabajo, para extenderlas a los ámbitos del diálogo social y la participación.
El Ministerio de Economía será reforzado con la agregación de las Finanzas y el Presupuesto. Balladur, antiguo ministro de Finanzas, había optado por reducir el poder de su ex ministerio para poder ocuparse personalmente de los asuntos económicos más importantes, y había colocado en Ja cartera de Presupuesto a un hombre de su máxima confianza, Nicolas Sarkozy. Alain Juppé quiere que la fortaleza de Bercy, sede del Ministerio de Finanzas, recupere su antigua importancia. Y para dirigirla parece seguro el nombramiento de Alain Madelin, un hombre de la derecha no gaullista.
La apuesta más arriesgada
Madelin podría ser procesado dentro del sumario sobre la financiación ilegal del Partido Republicano, lo que le obligaría a abandonar el Gobierno y causaría una seria crisis en el mismo. Pero Juppé está dispuesto a asumir el riesgo. Madelin, que ocupaba la cartera de Empresas en el ya fenecido Gabinete Balladur, es un liberal convencido al que no asusta polemizar. En ese sentido, no encaja del todo con el espíritu prudente que suele atribuirse a un responsable de la economía.
Durante la reciente campaña electoral, se ha declarado favorable a una importante subida de los salarios, impulsada a través de un alza del salario mínimo, a incrementar temporalmente los tipos del IVA y a reducir, paralelamente, las cargas fiscales sobre los sueldos.
Para la cartera de Interior, se da por seguro el nombre de Jean-Louis Debré, hijo de un antiguo primer ministro del general Charles de Gaulle. Justicia recaerá, según todas las especulaciones, en Jacques Toubon, hasta ahora ministro de Cultura. En Asuntos Exteriores, como sucesor de Juppé, suena el giscardiano Hervé de Charette. El Servicio de Comunicación quedará en familia: se ocupará de él Claude Chirac, la hija del presidente, de 32 años, que ya se encargó de dirigir la estrategia informativa durante la campana electoral.
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