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28 MAYOCIUDADES: VALENCIA

El medio es el mensaje

Rita Barberá, del PP, confía en repetir su mandato como alcaldesa

En pocas ciudades como en Valencia puede aplicarse de una forma tan exacta el dicho de que sólo desgasta estar en la oposición. Tras acceder a la alcaldía con tan sólo nueve concejales sobre 33, Rita Barberá, del PP, confía en repetir su segundo mandato. Todas las encuestas pronostican su victoria. La alianza que el PP estableció en julio de 1991 con Unión Valenciana (UV), que obtuvo ocho concejales, dio la mayoría a la coalición y aupó a Barberá a la alcaldía. Unión Valenciana, una formación política de carácter regionalista, entregó la vara de mando a Barberá y se quedó, a cambio, con las concejalías de mayor influencia. Urbanismo, Personal, Cultura y Ferias y Fiestas fueron a parar a manos de los regionalistas. El PSPV PSOE, que obtuvo, 13 concejales y que había gobernado en Valencia desde 1979, se dispuso a emprender la travesía del desierto con la con fianza de que iba a ser breve. Cuatro años más tarde, los socialistas asisten a su declive y no sueñan ni por asomo con acercarse a los 13 concejales que lograron en los últimos comicios municipales. El crecimiento del PP, por la derecha, y de Esquerra Unida, por la izquierda, ha mermado sus expectativas.UV se lamenta, con ciertas dosis de arrepentimiento, de haberle entregado el poder a Barberá. El candidato que los regionalistas han elegido para la alcaldía de Valencia, Juan Vicente Jurado, lanza a los cuatro vientos que "la señorita Rita

[Barberá] ha robado a Unión Valenciana la cartera" y que se ha aprovechado de su trabajo. Jurado proclama que todos los logros del Ayuntamiento han sido fruto del esfuerzo de los re gionalistas y que Barberá se "ha limitado a salir en las fotos". Esta última percepción abunda en un hecho que Gobierno y oposición reconocen: la alcaldesa es una experta en vender su imagen a la opinión pública. Periodista de profesión, Barberá sabe muy bien que, en estos tiempos, el medio es el mensaje. Salir en los diarios y las televisiones con la sonrisa prendida en la cara y recorrer la ciudad para saludar a las amas de casa y los jubilados son actividades en las que Barberá es una consumada experta.

Los dirigentes del PSPV se han sentido desbordados muchas veces por esta situación. Obras realizadas en la ciudad por la Generalitat, que dirige el PSPV, son atribuidas por muchos vecinos a la alcaldesa ante la impotencia de los socialistas. La inauguración de la ampliación de una línea del metro y de un puente, la pasada semana, es un ejemplo de esta frustración. El acto echó por tierra los ánimos de las autoridades de la Generalitat al ver cómo muchos vecinos se acercaban a felicitar a Barberá. El PSPV señala que el Gobierno municipal de! Valencia no ha hecho apenas nada en la ciudad y que ha sido la Generalitat la que ha llevado a cabo las únicas inversiones de cierta importancia con el metro y el tranvía. La construcción del paseo Marítimo, que ha cambiado de manera radical la playa y sus alrededores, se la atribuyen socialistas, populares y regionalistas, ya que el Ministerio de Obras Públicas, con 490 millones de pesetas, y el Ayuntamiento, con 2.310 millones, han financiado estos trabajos.

El candidato del PSPV para frenar a Barberá, Aurelio Martínez, es un sesudo economista que dirige la consejería de Economía. Martínez cuenta con un currículo académico formidable y su capacidad profesional es elogiada hasta por sus adversarios. Con todo, sus posibilidades de éxito son escasas. Combatir con la popularidad de Barberá le resulta una cuesta demasiado empinada.

Al hundimiento de UV, fagocitada por el PP, se une el ascenso de Esquerra Unida (EU), una formación que ha mantenido un alto nivel de trabajo durante estos cuatro años. EU espera rentabilizar tras las elecciones su gran número de ideas y propuestas presentadas a los plenos y su independencia respecto al PSPV. Las denuncias de EU se han extendido no sólo al equipo de Barberá, sino también a la "política. neoliberal" de la Generalitat y el Gobierno. Confía en pasar de los tres concejales que tiene ahora a rozar la media docena.

El destino de UV es dudoso. Pese a alardear de eficacia y trabajo, lo cierto es que UV ha empujado a la coalición de Gobierno a sucesivas crisis. Abandonos, conspiraciones, dimisiones y demás lances continúan defendiendo las tesis de su partido en el hemiciclo. Tres dimitieron y dos se pasaron al Grupo Mixto. Desprestigiada por esta ejecutoria y abandonada, además, por los sectores de la derecha valenciana que la apoyaron, UV se enfrenta a un panorama lóbrego.

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