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Una caña, un voto

No sólo con palabras se gana el voto: además de ideología, se requieren simpatía y buenos alimentos. Los esforzados jefes de campaña del PP saben que a los potenciales votantes también se les anima con aperitivos, chotis y trato campechano. Sobre todo si ya peinan canas y se les da excusa para echar una al aire.El PP agasajó ayer a 600 jubilados de Hortaleza, San Blas y Tetuán con un sarao-merienda en la sala de fiestas Florida Park, que por unas horas cambió su Pasion Rouge por un número de baile español precedido de un minimitin del alcalde, José María Álvarez del Manzano, y los oficios del concejal de San Blas, Isaac Ramos, como maestro de ceremonias. "Espero que les haya gustado la merienda; olvídense del colesterol por un día", arengó el concejal.

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Y sí, los asistentes podían despreocuparse: piña, naranjada o coca-cola, y unos platillos de croquetas. No era como para perdonar la cena. Claro que hubo una señora a quien la mesura democristiana de Álvarez del Manzano le pareció excesiva: "Pues yo me tomaría una cañita de cerveza". "¿No criticaban al PSOE por repartir bocadillos en los mí tines?", pregunta una periodista. "Ya lo habíamos pensado, ya, pero no lo hace mos sólo en campaña, nadie viene obligado y además no se les da un mitin". "O sea, que lo de una caña, un voto, funciona". Y la sonrisa de la joven promesa desapareció tras una columna de espejitos.

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