Tercera versión de una misma pugna
El alcalde más votado de España y el líder futbolístico se encaran de nuevo
Esta vez no se desplegará -toda la artillería. La munición verbal ya se agotó hace cuatro años. Pero el duelo en la fachada atlántica de España, mucho más que una pugna electoral, sigue abierto. Por tercera ocasión consecutiva, los ciudadanos de La Coruña (260.000 habitantes) deberán elegir entre Francisco Vázquez, el presidente de todos los alcaldes españoles y el regidor de capital más votado, y Augusto César Lendoiro, una celebridad en todo el país desde que situó al Deportivo entre los mejores equipos de la Liga de fútbol. Las urnas dirimirán la fraternal enemistad entre dos personajes un tanto atípicos en la sociología de sus partidos, el PSOE y el PP, y con trayectorias curiosamente paralelas.La historia es vieja. Los dos se. conocieron, en una época que denostan, en el colegio de los Maristas, que emula al madrileño de El Pilar en dirigentes políticos formados. Vázquez era el más brillante de la clase y Lendoiro dedicaba tanto tiempo al fútbol que para hacer los deberes recurría a la ayuda de su futuro adversario.Entonces, cuando su padre le sacaba de paseo, Vázquéz ya soñaba con cambiar la imagen de la ciudad, según relata a menudo. Entró en el PSOE en 1974, pero no se decidió á asaltar la alcaldía hasta nueve años después, en las segundas elecciones. Al primer intento, barrió en las urnas con sus golpes de efecto: dimitió como diputado autonómico y como secretario general de los socialistas gallegos porque el partido había apoyado la opción de Santiago para capital de la comunidad, sacó miles de personas a la calle en defensa del "coruñesismo" y después, en plena campaña, anunció una inversión de 1.500 millones para reformar el pequeño aeropuerto local. El acendrado, y a veces incontinente, localismo y las obras públicas serían en adelante la marca de su gestión.
Después del aeródromo, Vázquez puso la ciudad patas arriba con decenas de aparcamientos subterráneos, creó y remozó casi 70 plazas, erigió un palacio de congresos y un coliseo multiusos, promovió la instalación de cuatro grandes áreas comerciales e hizo construir una Casa de las Ciencias y hasta un Museo del Hombre, único en el mundo. También encargó a Ricárdo Bofill. el diseño de la fachada al mar de lá ciudad, aunque el proyecto -un paseo de 12 kilómetros que ha costado 25.000 millones- acabaron haciéndolo entre el Ayuntamiento y el Gobierno regional.
Cada iniciativa de Vázquez ha estado acompañada de un rosario de denuncias en los tribunales y en la prensa. Se. le acusó de favorecer a determinados constructores y a una inmobiliaria de su esposa. También se reveló que entre el accionariado de los aparcamientos se habían colado familiares de un narco hondureño. Pero salió indemne. "Hay críticas y denuncias cuando no se sabe hacer oposición de otra formil", afirma; "lo que no, se puede esponer trabas a alguien que va a invertir miles de millones porque se los puede llevar a otra parte".
Lendoiro siguió dedicándose al deporte. Cogió un pequeño equipo de hockey sobre patines y lo hizo campeón del mundo. Aunque había rechazado antes una oferta de Vázquez para integrarse en el PSOE, en 1987 accedió a encabezar la lista del PP, no sin antes pedirle consejo a su amigo. "No hay problema", le dijo, más o menos, el alcalde. Pero los hubo. Durante los cuatro años siguientes arreciaron las denuncias contra la política urbanística municipal hasta culminar en la campana de 1991, tan virulenta como contraproducente para Lendoiro: Vázquez pasó de 15 a 18 ediles y en su toma de posesión se negó a estrechar su mano. La reconciliación no llegaría nunca, ni cuando Lendoiro hizo del Deportivo el emblema coruñés.
Esta vez el, candidato popular ha cambiado. de estrategia. Dice que quiere actuar "en positivo" y su rival admite que la campaña se presenta "más serena". La única polémica es a propósito de la resistencia del Gobierno local a adoptar como topónimo oficial "A Coruña" en vez de la versión castellana, lo que le ha acarreado un apercibimiento judicial. En todo caso, es uno de los pocos asuntos en los que están de acuerdo, aunque Lendoiro promete que, si gana, convocará un referéndum.
Las encuestas indican que Vázquez no tiene asegurada la mayoría. Todo podría estar en manos de un tercero en discordia, otro ex alumno de los maristas, Enrique Tello, del BNG. Para Tello sería como escoger entre Guatemala y Guatepeor: "Vázquez es capaz de convencer a la gente de algo haciendo lo contrario y Lendoiro quiere acapararlo todo".
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