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Boxeadores y sabuesos

Quienes han frecuentado a Mario Conde no olvidan uno de sus chistes favoritos. Un amigo le pregunta a otro, boxeador, cómo le ha ido en el combate de la noche anterior. "Fue acojonante. Me sentía pletórico cuando subí al cuadrilátero y desde allí oía al público gritar: "¡Mátale, tío!". En el primer asalto, le dí un golpe en la boca del estómago. Lo pasó fatal. En el segundo, le partí las cejas. En el cuarto, fue una gozada, el público bramaba mientras yo lo deshacía. Llegó el noveno, ¡en el noveno lo dejé dos veces tendido en la lona!". Y en eso, el amigo va y le pregunta: "Oye, ¿y de qué perdiste?". El boxeador, resignado, contesta: "De una hostia tío, de una hostia..."En estos días, como en el pasado ocurrió en sus relaciones con el poder, Conde se frota las manos. En el Consejo General del Poder Judicial la limitación de asuntos a los que ya lleva el juez García-Castellón, entre ellos el caso Banesto, le parece una victoria para su campaña en el Tribunal Supremo en la que ha sido admitida a trámite su impugnación el nombramiento del citado juez, tanto la primera vez, el 25 de octubre de 1994, como en su reciente prórroga, el 25 de abril.

Y tiene más armas preparadas. La recusación, en caso de obtener los argumentos técnicos necesarios; el informe Crillon, como presunta fuente de inspiración tanto de la intervención de Banesto como de la querella criminal; y "1ast but not least ", la designación de dos sabuesos del Banco de España -los inspectores Juan Román Quiñones y Juan Carlos Monge- primero como ayudantes de la Fiscalía (aplicación del Estatuto de Ministerio Fiscal de ayuda de las instituciones del Estado) y más tarde como peritos por el juez García-Castellón.

El objetivo de Conde y de su abogado Mariano Gómez de Liaño es conseguir la nulidad de lo actuado hasta ahora. La olla que se ha destapado al levantar el secreto del sumario es tan maloliente que es necesario destruirla junto con los desaguisados que lleva dentro. En ese plan, que supondría, de verse cumplido, ganar por KO, hay un asalto que Conde y su asesor/administrador Gómez de Liaño se conformarían caso de no conseguir su objetivo: que Miguel Moreiras, el titular del juzgado de instrucción número 3, se haga cargo del asunto.

Para ello cuentan con el deseo del propio titular. En este sentido, Moreiras ya ha insinuado en varias ocasiones que una vez levantado el secreto del sumario él consideraría la posibilidad de exigir el caso Banesto por haber empezado él la investigación de dos delitos "conexos": la factura de' 600 millones pagada a Argentia Trust y las falsas por valor de 44,8 millones abonadas a Publitax. Moreiras ya llamó a declarar por ambas historias a Mario Conde, en abril y octubre de 1994.

En lo que se refiere a los sabuesos Román y Monge, esto puede dar lugar a mucha demagogia informativa en manos de los intelectuales de Conde en la prensa y, por tanto, esta breva no tardará mucho tiempo en caer. Habrá que ver, siguiendo el cuento' del boxeador, si esta vez Conde puede, a diferencia del 28 de diciembre de 1993 y el 23 del diciembre de 1994, ahorrarse una nueva hostia.

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