Una asociación religiosa hacina en centros ilegales a más de cien ancianos y enfermos
La Administración no logra cerrar la sede central, en Madrid, a pesar de las denuncias
La Pía Unión Hermanos de la Cruz y de la Resurrección ha ido tejiendo desde 1989 una red de 10 centros de acogida donde viven hacinados y en malas condiciones más de cien enfermos crónicos, discapacitados y ancianos. Los centros son similares a los que la Junta de Castilla-La Mancha ha cerrado en Guadalajara, donde el fiscal investiga una denuncia de malos tratos y violación, y Cuenca, por irregularidades diversas. Jesús Alcalá, fundador del grupo, registrado como asociación religiosa en Justicia, se ha dedicado en las últimas horas a reubicar a los ancianos.
Los catorce ancianos del centro de Casasimarro (Cuenca) han sido llevados a otros centros de la asociación "por su propia voluntad", según declaró ayer Jesús Alcalá, de 40 años, que perteneció a una orden franciscana. No quiso dar más detalles. Tanto él como otro "hermano", Eduardo, hablaron desde un piso de la calle de Mesón de Paredes (Madrid) comprado por Jesús Alcalá en 1993 por 13 millones, que acoge una docena de enfermos y ancianos y sirve de base central de los 16 "hermanos" y la red de centros, que se extiende también por Zaragoza, Cáceres y Almería. En ningún momento dieron la cara ni abrieron la puerta ni dejaron ver a los ancianos ni entrar al piso. ¿Tan mal está? "No. Pero aquí no entra ningún periodista". Sólo quisieron hablar por teléfono. En el trajín de personas, Alcalá trasladó ayer en un taxi a dos ancianos paralíticos "a otro sitio".Ante las constantes denuncias de los vecinos de Mesón de Paredes, la Comunidad de Madrid ordenó el 23 de enero el cierre de los dos centros de esta asociación en Madrid. Ambos, según los datos de la inspección oficial, son ilegales, no tienen personal preparado y sus usuarios viven hacinados. Uno de estos pisos, el de la calle de Valverde, ya está cerrado. Antonio Guardiola, que vive en él, aclara: "Esto ahora es una casa privada. No me gustan los traidores. Yo ya no tengo nada que ver con los hermanos. Fui cofundador de la orden; pero si uno ve que el chófer es un suicida lo que tiene que hacer es bajarse del coche".
En el piso de Mesón de Paredes, la Comunidad comprobó que había hasta cinco personas durmiendo en un dormitorio de 12 metros cuadrados.
Riesgos y dinero
La Comunidad de Madrid no ha forzado hasta ahora el cierre de los pisos, porque no le consta "que hubiera malos tratos o violaciones", explica Francisco Vives, secretario general técnico de la Consejería de Integración Social. "No se apreció riesgo inminente y grave para los acogidos. Al enteramos del caso de Guadalajara nos hemos alarmado y hemos acudido al juzgado de guardia y a la Fiscalía de Madrid por si hubiera otro tipo de responsabilidades. El escrito de denuncia lleva fecha del 27 de abril". Los vecinos de Mesón de Paredes han presentado doce denuncias durante dos años con escaso eco, pero reconocen que no han advertido malos tratos.Los Hermanos de la Cruz y la Resurreción aseguran ser una organización altruista. Sin embargo, la inspección de la Comunidad de Madrid detectó que no era cierto que los acogidos no paguen dinero. Eduardo explica que la mayoría son indigentes sin recursos; "a quienes tienen algún ingreso les retenemos un 80% y a quienes cobran más que el salario mínimo interprofesional no les admitimos, para eso ya hay otros centros". Eduardo se defiende: "No somos hoteles de lujo, claro que no; quizá no reunamos todas las condiciones, porque somos precariamente pobres". El "hermano mayor" añade: "Aquí vienen esos a quienes ya no quiere nadie". Y muchos nos los traen los asistentes sociales del Ayuntamiento". Los vecinos han confirmado esto último.
Respecto a los 14 ancianos oficialmente dados por desaparecidos en Cuenca, la policía continúa buscándoles, informa Isabel Salvador. Sigue sin conocerse la identidad de los desaparecidos, ya que este centro no contaba con ningún registro que acredite las personas que han pasado por él. Además, el último responsable de este centro, Juan Benito Sanz, ingresó en un hospital de Albacete el mismo día de la primera inspección, donde falleció dos días después.
El centro de Guadalajara fue desalojado el 21 de abril por la policía local siguiendo una orden judicial; llevaba funcionando ilegalmente un año, plagado de anomalías e irregularidades, informa Santiago Barra. En él se alojaban 12 ancianos que fueron trasladados por las autoridades a otros centros.
La fiscalía de Guadalajara abrió una investigación a raíz de la denuncia de una antigua residente contra Jesús Orús, que hacía las veces de director, por malos tratos y violación. Otro interno se tiró por la ventana porque no le dejaban salir y, posteriormente, falleció. También se investigan posibles delitos de estafa y falsedad. Alcalá lo niega todo con voz pausada y cierta resignación: "Esto no nos va a echar para atrás". Justifica la situación alegando que "con las leyes actuales, nadie quiere coger a un paralítico que salga del hospital". "Nosotros les damos cabida. Cuando el Estado quiera, se los puede llevar a un sitio mejor".
"Pon el 'casete' del rosario en el balcón"
En todo momento dicen que son hermanos, que son una congregación religiosa, que lo hacen por creer en Dios y la Virgen y por ayudar a los demás de forma altruista. A partir de la inscripción en 1990 en el Registro de Entidades Religiosas del Ministerio de Justicia, como Pía Unión Hermanos de la Cruz y la Resurrección, su líder, Jesús Alcalá, no ha dudado en ir vestido de monje, acoger misas en su casa -para enfado del Arzobispado correspondiente-, difundir panfletos con una fotografía con sacerdotes y textos del Evangelio y pedir donaciones para su obra a través de una cuenta de Caja de Madrid. A una inspectora de la Comunidad de Madrid, los miembros del grupo le llegaron a decir que ellos no se rigen por leyes humanas, sino divinas.
Sus vecinos de la calle de Mesón de Paredes (Madrid) señalan que Jesús Alcalá "no es tonto ni está loco"; "es listo, no inteligente, se nota que no tiene cultura y habla y escribe de una forma extraña. Es imposible razonar con él". Una aproximación a cómo es Jesús Alcalá la puede dar el texto que escribió en 1993 con sus ideas de cómo acabar con los drogadictos de la calle Mesón de Paredes: "¿Qué es lo que podemos hacer tú y yo? Pon todos los días un casete en alguna ventana o balcón que dé al exterior y lo pones fuerte para que se oiga en la calle con música religiosa y el rosario del Papa. Tiene que ser todos los días y no te acobardes, aunque te denuncien. No te pueden hacer nada. Te aseguro que si lo hacemos en muchas partes de España, en dos años disminuirá del 30% al 40% la droga y muchos vicios".
Desde el centro de Madrid, que lleva el nombre de Juan Pablo II, así lo estuvieron haciendo, a todo volumen, durante medio año.
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