El Estado aporta 332 millones para acabar la Casa-Museo de San Isidro, ya inaugurada

San Isidro está a punto de hacer un último milagro, el que permitirá acabar las obras de su casa-museo, donde se ubica el pozo santo. Más dinero, al fin, para reanudar -y acabar- un proyecto de rehabilitación que data de 1989 y que ha estado parado por falta de fondos. El Ayuntamiento de Madrid y el Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente (MOPTMA) firman hoy un convenio por el que el departamento de la Administración central aporta 332 millones de pesetas para concluir una obra en la que el Gobierno municipal ha gastado ya otros 416.

En el ministerio explican el origen de la ayuda: "Se hace con cargo al capítulo de obra cultural, al que debe. dedicarse el 1 % de la inversión pública en obras. Con el mismo cargo se han hecho aportaciones que han permitido, por ejemplo, la rehabilitación de teatros".Los fondos ministeriales son agua de mayo para un proyecto elegido por concurso a finales de 1989 y del que aún queda buena parte pendiente de realización. "El museo está a medias", explica uno de los arquitectos vinculados a la obra desde la Gerencia de Urbanismo, Cleto Barreiros.

La inyección económica servirá para retomar los trabajos, sobre todo en los interiores. "La envoltura del edificio está hecha, pero falta el acondicionamiento", según Barreiros. El proyecto original es obra del arquitecto Valentín Quintas Ripoll.

El museo no está concluido pero sí inaugurado. El 15 de mayo del año pasado, el alcalde, José María Álvarez del Manzano, cortó la cinta. Dos meses después, el centro quedaba cerrado al público. Según explica Barreiros, la falta de acondicionamiento tiene mucho que ver con la clausura. De todas formas, la estrella del recinto, el pozo del santo, también se abrirá este año al público, igual que ocurrió en 1994, tras 22 años cerrado. El Museo de San Isidro se levanta en el lugar donde vivió el santo labrador, en la confluencia de la calle Costanilla de San Pedro con la plaza de los Carros.Otra dependencia isidril, la casa de su patrón, Iván de Vargas, en la calle del, Doctor Letamendi, sigue peor suerte: recientemente ha sufrido un derribo parcial.