Lucha frontal
Hace casi tres meses un etarra asesinaba a bocajarro a Gregorio Ordóñez en San Sebastián. Era un primer atentado contra la democracia. Ese mismo día el señor Belloch daba su pésame y prometía una lucha frontal y decidida contra el terrorismo.El día 19, en Madrid, esos mismos asesinos atentaban contra la vida de José María Aznar y contra la democracia en España; no vale la pena enojarse con las declaraciones de quienes, desde sus escaños políticos, respaldan estos atentados, ya que de sobra sabemos que quizá ellos sean más asesinos que quienes apretaron el gatillo o accionaron la bomba, ya que, probablemente, ellos señalen las víctimas a las que otros han de ejecutar. Vale más la pena considerar unas declaraciones más sutiles, las del señor Belloch, que volvió a prometer una lucha frontal y decidida contra el terrorismo, si se me permite plantear unas cuestiones:
En esa lucha, ¿se va a seguir intentando reinsertar a presos de ETA? ¿Continuará el diálogo con personas que sólo entienden el lenguaje de los tiros, las bombas y demás artilugios para matar? ¿Seguirá sin condenarse, como debe ser condenado, que aparezcan pintadas de "gora ETA" sobre la tumba de quien murió por su pueblo?
Por favor, si es así, luchen contra ETA y contra sus aliados con la misma fuerza con la que luchan por aferrarse al poder. Si no, dejen luchar a otros.-
Lucha frontal
Con motivo de los recientes atentados terroristas en España, Estados Unidos y Japón, me parece interesante recordar el párrafo que escribió Joseph Conrad en 1920, en el prefacio a su obra El agente secreto (Alianza Editorial, LB 1656, página 20):"Recuerdo, sin embargo, haber hecho una observación sobre la criminal inutilidad de todo ello, doctrina, acción y mentalidad, y sobre todo el despreciable aspecto de una actitud semidemencial, como un descarado engaño que explota las patéticas desgracias y las apasionadas credulidades de una humanidad siempre tan trágicamente dispuesta a destruirse a sí misma. Eso era, en mi opinión, lo que hacía tan imperdonables sus pretensiones filosóficas".
"...Una sangrienta insensatez tan enormemente estúpida que resulta imposible desentrañar su origen por ningún proceso mental razonable, o incluso irracional. Porque la sinrazón perversa tiene sus propios procesos lógicos. Pero aquel atentado no podía ser concebido mentalmente en ninguna forma, de modo que uno quedaba ante el hecho de un hombre hecho pedazos por nada que pudiera, ni en lo más remoto, parece una idea, anarquista o no...". Amén.-
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