Espíritu olímpico
He visto por televisión una serie de anuncios sobre lo que denominan el espíritu olímpico. En uno de ellos se anima a convivir como forma de triunfar; en otro, a competir para superarnos. Olvidan, me temo, que triunfar no es sinónimo de felicidad, que lo único que una persona busca en la vida es ser feliz y que las palabras convivencia y competición se excluyen entre sí. Pues la mayoría de nosotros no podremos ser nunca como las grandes personalidades del. deporte -o de la historia-, y el afanarnos en serlo (en ser mejores que los demás, mejores de lo que somos) nos conducirá a la frustración y a la infelicidad. Sólo podemos ser lo que somos, y uno se supera conociéndose, no demostrando su condición de imbatible al resto de la comunidad, que lo único que valorará -al menos en estos tiempos- será los resultados vendibles.(Nadie quiere ser perdedor, pues los perdedores son indirecta o directamente recriminados; las recompensas, para los que son bautizados vencedores).
Si al hacer la campaña publicitaria hubieran consultado a psiquiatras y a sociólogos en vez de a publicistas, sabrían lo que estoy diciendo. Pues lo único que han conseguido es tergiversar la realidad y confundir a la juventud. Ellos sabrán por qué.-