Major acoge sin condiciones a los nueve rebeldes 'tories' purgados hace cinco meses
, Las catastróficas perspectivas que ofrecen para el Partido Conservador las próximas elecciones locales, el 4 de mayo, han decidido al primer ministro, John Major, a aceptar sin condiciones el regreso a las filas tories de sus nueve eurorrebeldes más conspicuos. En respuesta a una carta del responsable de la disciplina interna de los conservadores, Richard Ryder, en la que se les de volvía su identidad de parlamentarios tories, siete de los nueve rebeldes expulsados hace cinco meses, del grupo parlamentario conservador aceptaron ayer re gresar a sus antiguos puestos. Dos de ellos, Richard Body, quien se sumó voluntariamente al exilio, y Michael Carttiss, optaron ayer prolongar un poco más el suspense sobre su decisión definitiva.En noviembre del año pasado, Major envió al exilio parlamentario a nueve diputados de su partido que desafiaron su autoridad y votaron en contra del Gobierno en un tema tan espinoso como el de la contribución británica al presupuesto de la Unión Europea.
Al aceptar la mano tendida por Major, los euroescépticos dejaron claro que seguirán luchando contra "la pesadilla de la burocracia de Bruselas".
Teddy Taylor, uno de los más famosos integrantes del grupo, declaró ayer con orgullo su esperanza de que esta "mini rebelión" haya contribuido a hacer más evidente ante los ojos de los británicos la amenaza del federalismo en Europa.
La "victoria" de los nueve eurorrebeldes, abanderados de la causa anti-española en la disputa pesquera con Canadá, mereció ayer comentarios condenatorios del Partido Laborista. Robin Cook, portavoz de Exteriores laborista, declaró con acritud que el caso demuestra claramente hasta que punto el Partido Conservador gobierna para sí mismo y no para el país.
Más tarde, en la Cámara de los Comunes, el líder laborista, Tony Blair, se sumó a las críticas considerando que la "bandera blanca" que ha hecho ondear Major en su partido, sólo demuestra su debilidad.
Las fuerzas vivas de las circunscripciones que representan cada uno de ellos se han mostrado sumamente comprensivas con unos diputados convertidos de la noche a la, mañana en héroes por su firmeza a la hora de plantarle cara a Bruselas.
Queda ahora por saber -y las urnas serán las encargadas de decirlo- las ventajas electorales que el Gobierno Major puede obtener de este gesto interno conciliatorio.
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