Pujol telefoneó a Aznar, pero renunció a verle por sus críticas al PNV

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, conversó telefónicamente ayer con José María Aznar para interesarse por su estado de salud y solidarizarse con él tras el intento de asesinato de que fue víctima la semana pasada. Pujol renunció a intentar un encuentro personal con el presidente del PP después del discurso pronunciado por éste el sábado, en el que criticó al PNV por intentar un acercamiento a Herri Batasuna y defender el derecho a Ia autodeterminación.

Fuentes de la Generalitat opinan que tras las críticas de Aznar al PNV se oculta una descalificación del nacionalismo pacífico. Pujol tampoco quiso que un encuentro personal con Aznar fuera malinterpretado por Xabier Arzalluz, principal víctima de los ataques verbales del presidente popular. Pujol telefoneó el mismo día del atentado a la sede del PP para interesarse por lo ocurrido, pero no había logrado hablar con Aznar hasta ayer.En todo caso, un encuentro personal entre Pujol y Aznar no figuró nunca en las agendas de ambos, si bien fuentes del PP indicaron el domingo que el presidente del partido no iba a rechazar un encuentro con Pujol si este lo proponía.

Tanto en la Generalitat como en el Partido Popular coincidieron en que la conversación telefónica -realizada antes de que Pujol viajara a Madrid para asistir a la conmemoración de la festividad de Sant Jordi- fue puramente protocolaria, sin contenido político alguno.

Pujol recibió ayer en el hotel donde se aloja al ex ministro y dirigente del PP, Rodolfo Martín Villa, quien le ofreció inaugurar el curso de verano de la Universidad Complutense que él coordina este año, dedicado al análisis de la transición española.

El espíritu de Sant Jordi

Alberto Ruiz Gallardón, otro dirigente del PP partidario, como Martín Villa, de mejorar las relaciones con los nacionalistas catalanes, intervino ayer como orador en la recepción de la Generalitat como delegado del alcalde de Madrid, que a la misma hora pronunciaba una conferencia en el club Siglo XXI. A la recepción, celebrada en el Palacio Municipal de Congresos, asistió también el dirigente popular Mariano Rajoy. Por el Gobierno acudieron el vicepresidente Narcís Serra y el ministro de Administraciones Públicas, Jerónimo Saavedra. A esta conmemoración asistieron unas 2.000 personas, que recibieron la tradicional rosa y un libro, Blanquerna, del filósofo medieval Ramon Llull.Pujol destacó en su intervención que el deseo de Cataluña es exportar a toda España el espíritu de Sant Jordi, que definió como "su imagen más positiva" que caracterizo como un mensaje de tolerancia y convivencia, valores que, precisó, no implican renunciar a ideas, sentimientos y principios propios, pero sí respetar los de los demás y buscar siempre un terreno común de entendimiento. El presidente de la Generalitat puso como ejemplo la fidelidad de los catalanes a su lengua, aunque también abiertos a las de los demás. Una lengua, agregó, que merece ser tratada con justicia por, haber sido a menudo perseguida.

Ruiz Gallardón puso como ejemplo positivo la política llevada a cabo por los catalanes en Madrid y destacó que Cataluña es, fue y será un adelantado europeo en el conjunto de España. Abogó porque esa participación catalana en la política española continúe en el futuro: "Hemos de aprender de los catalanes porque necesitaremos su esfuerzo para afrontar el futuro", señaló durante su intervención, que terminó en un voluntarioso catalán.

Como candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid, el dirigente popular se comprometió a que "Madrid no se quedara atrás, como amiga y admiradora de Cataluña que es". Estamos, dijo en otro momento, en momentos difíciles y en época de mudanzas, pero hay que afrontar el futuro con esperanza y sin desencanto: "Ningún lugar mejor para hacer esta reflexión que entre catalanes", señaló. En Madrid están censados unos 29.000 catalanes.