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Camdessus culpa al G-7 de la inestabilidad cambiaría por no haber coordinado sus políticas

Victoria Carvajal

Michel Camdessus, director del Fondo Monetario Internacional (FMI), criticó ayer en Washington a los tres grandes socios del Grupo de los Siete (G-7), Estados Unidos, Japón y Alemania, por no coordinar adecuadamente sus políticas monetarias y ser incapaces de cumplir sus compromisos de estabilidad cambiaría. Camdessus lamentó especialmente que EE UU desaprovechara la oportunidad, hace un mes, de haber frenado el desplome del dólar con una subida de sus tipos de interés coincidiendo con la bajada en Alemania y, más tarde, en Japón. Camdessus presentó al comité interino un ambicioso plan para aumentar los recursos de la institución.

, ENVIADA ESPECIAL

Camdessus, que dio una conferencia de prensa con motivo del inicio de la reunión de primavera del Fondo, intentó no centrar sus críticas en EE UU, que en los últimos días ha sido duramente acusado por sus socios en el G-7 por dejar caer al dólar a niveles mínimos históricos y, así, influir negativamente en la recuperación económica. Aseguró que Japón tiene también su responsabilidad por no abrir sus mercados a la competencia externa y Europa por no corregir sus déficit públicos.El director general del Fondo cree que la actual inestabilidad monetaria, que amenaza con frenar el robusto crecimiento del 3,8% previsto para este año en el mundo, podría ser superada si los países ricos refuerzan la coordinación de sus políticas y "ponen sus casas en orden".

"Los gobiernos pueden hacer mucho para calmar a los mercados", dijo, "el capital no se mueve masivamente de forma caprichosa, si no que lo hace porque ve desequilibrios preocupantes". A su juicio, lo que deben hacer es mostrar firme voluntad para lograr la consolidación fiscal y mantener controlada la inflación. Camdessus también hizo un llamamiento a los bancos centrales para introducir más orden en los mercados.

La moneda estadounidense ha perdido un 12% frente al marco alemán y un 19% frente al yen japonés desde principios de año sin que la Reserva Federal, banco central, haya intervenido más que esporádicamente en su ayuda. El Banco de Japón, a diferencia, ha intervenido casi a diario gastando hasta 18.000 millones de dólares (2,23 billones de pesetas) para frenar la subida de su moneda, que está restando competitividad a sus exportaciones y amenaza la frágil recuperación. La bajada de medio punto en los tipos de interés en Alemania, donde la industria exportadora se está viendo también afectada, apenas sirvió para frenar por un día la caída del dólar.

El llamamiento de Camdessus se produce un día antes de la reunión del G-7, que tradionalmente se celebra de forma paralela a las del FMI. Dadas las grandes diferencias entre los países socios, no se espera ningún tipo de acuerdo que devuelva la calma a los mercados. Japón quiere revisar el orden monetario internacional para establecer algún tipo de zona cambiaría que obligue a una mayor colaboración entre los bancos centrales. Francia propone alcanzar un acuerdo, como el del Plaza (1985) o el del Louvre (1987), que permitieron revertir la tendencia del dólar mediante una estrecha coordinación de sus políticas monetarias.

EE UU, cuyo secretario del Tesoro, Robert Rubin, negó el domingo pasado que Washington deje caer al dólar para ganar competitividad y corregir su elevado déficit comercial, es reticente a subir sus tipos de interés por miedo a deprimir en exceso la economía. Alemania es el socio del G-7 más claramente contrario a establecer algún acuerdo cambiario. El presidente del Bundesbank, Hans Tietmeyer, no cree que una medida de este tipo convenza a los mercados. A su juicio, lo único que permite recobrar la credibilidad es la aplicación de las políticas de ajuste necesarias.

La crisis de México

Otro frente de inestabilidad financiera que preocupa a Camdessus es la crisis de confianza que ha provocado la crisis de México. El director general del Fondo hizo especial hincapié en la necesidad de aumentar los recursos para afrontar futuras crisis financieras. Según los expertos del Fondo, en la actualidad 65 de los 116 socios miembros tienen reservas de divisas que sirven tan sólo para cubrir el pago de las importaciones por menos de 12 semanas. "Es una situación alarmante".

Camdessus sugiere al comité interino que empiece a considerar el aumento de las cuotas de los miembros en "al menos un 50%". Los recursos actuales del Fondo se acercan a los 200.000 millones de dólares, de los que sólo puede prestar 80.000 millones (incluyendo los 17.500 y 6.400 ya comprometidos con México y Rusia). También vuelve a estar sobre la mesa la propuesta de efectuar una emisión general de 36.000 millones de dólares en la moneda de reserva del Fondo (derecho especial de giro).

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