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MATANZA EN EEUU

El FBI busca lazos del atentado de Oklahoma con una conspiración de la extrema derecha

Antonio Caño

El FBI, policía estadounidense, buscaba ayer nuevas pistas que pudieran determinar si la matanza de Oklahoma es la obra aislada de unos locos envenenados con la ideología del odio o una conspiración en toda regla de la extrema derecha en el comienzo de una guerra contra las instituciones democráticas. Desde la detención el viernes de uno de los principales sospechosos del atentado, no se ha practicado ninguna otra detención, pero continúa la búsqueda en una granja de Michigan donde se entrena una banda paramilitar y prosiguen las investigaciones en tomo a ex militares conectados a ese grupo.

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Timothy McVeigh, un cabeza rapada de 27 años que fue detenido casualmente hora y media después del atentado del miércoles por conducir con exceso de velocidad pero cuya verdadera identidad no fue conocida hasta dos días después, fue trasladado el viernes por la noche a la prisión de El Reno, en el Estado de Oklahoma.El otro sospechoso, cuya foto-robot fue distribuida por la policía, se encuentra todavía en paradero desconocido, y las autoridades han advertido que está armado y es extremadamente peligroso. El hombre a quien la policía comenzó a interrogar el viernes, y quien en un principio se creyó que era el de la foto-robot, Terry Nichols, sigue retenido, aunque todavía no han sido presentados formalmente cargos en su contra. Junto a él, está siendo interrogado también su hermano James, que es dueño de la granja de la localidad de Decker (Michigan) vinculada a la Milicia Michigan, un grupo paramilitar de extrema derecha.

McVeigh y los dos hermanos Nichols se conocieron en el Ejército, donde el primero era experto en demoliciones, y mantuvieron su relación después de abandonar el uniforme. Los tres están relacionados con la Milicia Michigán, y han participado en, reuniones y entrenamientos organizados por ese grupo, según el testimonio de algunos de los vecinos de la granja. Miembros de esa organización aseguran, sin embargo, que ninguno de los sospechosos eran militantes activos del grupo.

Los expertos creen que el hecho de que no fueran miembros permanentes de la Milicia Michigan no significa que otros elementos o dirigentes de esa banda, que funciona como una seña. de identidad más que como una estructura organizativa, no puedan estar vinculados al atentado del miércoles contra el edificio del FBI en Oklahoma, donde la cifra final de muertos puede superar las 200 personas.

El presidente de, la Cámara de Representantes, Newt Gingrich, revisó ayer, por instrucciones del presidente Bill Clinton, la evolución de los trabajos de búsqueda en Ok1ahoma, donde pidió una política más enérgica para combatir a los grupos que defienden y planifican acciones terroristas. Gingrich propuso que puedan ser procesadas las personas que silencian información sobre posibles actividades violentas. El líder de la llamada revolución conservadora dijo que era "grotesco" pensar que sus ataques contra la Administración de Clinton habían creado el ambiente favorable al atentado del miércoles.

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El propio presidente Clinton se trasladará hoy a Oklahoma para participar en una ceremonia religiosa -en recuerdo de las víctimas de la brutal explosión. Este domingo ha sido declarado jornada nacional de duelo por las personas que perdieron la vida en el atentado, entre las cuales había más de 20 niños.

En homenaje a esos niños, Clinton y su esposa, Hillary, organizaron ayer un acto televisado con un grupo de niños invitados a la Casa Blanca. El presidente les prometió que lo culpables del crimen "no volverán jamás a tener la posibilidad de matar o herir a otros niños".

Milicia Michigan

Las autoridades siguen siendo muy prudentes a la hora de atribuir responsabilidades claras en la autoría de la matanza. Aparte de Timothy McVeigh, quien sí ha sido ya formalmente acusado, la policía se resiste aún a relacionar directamente a la Milicia Michigan con la acción. Los, expertos buscan en la granja de Decker restos de explosivos o de material que puedan demostrar que fue allí donde se preparó la bomba que fue posterionnente colocada en la camioneta estacionada frente al edificio del FBI en Oklahoma.

Anoche, sin embargo, se desconocían los detalles de lo que estaba ocurriendo dentro de la granja. Incluso existen dudas sobre si su propietario, James Nichols, se encontraba en su interior o estaba siendo interrogado junto a su hermano, que se entregó voluntariamente el viernes en la ciudad de Herington (Kansas). Tampoco se sabe si dentro de la granja hay gente armada, aunque la policía ha ocupado el lugar con uniformes y armas de operaciones especiales.

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