La ruta de la fresa
Las agresiones francesas a los camiones de fresa de Huelva y la superproducción preocupan a un sector con 40.000 empleos
La fresa representa una actividad en auge en la maltrecha economía de Huelva. Es el sector que mayor número de puestos de trabajo proporciona: 40.000 empleos diarios entre marzo y junio, los meses de la recolección. Los empresarios calculan que esta campaña generará 40.000 millones de pesetas en la provincia, donde se obtiene el 92% de la fresa española. La producción oscilará en torno a las 230.000 toneladas, según los agricultores. De ellos, las exportaciones suelen rondar año a año el 40%. El sector, sin embargo, se enfrenta a dos graves problemas: el ataque de agricultores franceses a camiones cargados de fresones de Huelva, y el abaratamiento del fruto por producción excesiva.
Los ataques de agricultores franceses a camiones españoles cargados de fresa la noche del jueves al viernes siguen provocando reacciones. El sector ha aprobado la sugerencia del presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, de boicotear el consumo de productos franceses, mientras los agricultores de Francia amenazan con repetir sus acciones violentas. Por su parte, Unió Valenciana ha decidido pedir la comparecencia del ministro de Agricultura, Luis Atienza, en el Congreso para explicar los acontecimientos.
Los campos de la zona costera de Huelva son intensamente verdes, debido a las plantaciones de fresa. Han crecido más y más. Las principales localidades de este cultivo son Palos de la Frontera, Moguer, Lepe y Cartaya, y una serie de pueblos de la costa comprendida entre Almonte y Ayamonte, que recorren de este a oeste la provincia.
El precio de la fresa ha caído este año y en el mercado está a 150 pesetas el kilo. Las elevadas temperaturas no han ayudado nada al sector. José Antonio Guillermo González, presidente de Freshuelva, la asociación que agrupa al 90% de los productores, se lamenta: "La campaña es adversa, porque vivimos un año atípico. Las temperaturas son altas en la zona de producción y bajas en las zonas consumidoras por lo que han descendido considerablemente las ventas y, por tanto, los precios".
La recogida de la fresa comienza tradicionalmente a principios de marzo, pero este año había fresones en los comercios a mediados de enero. La fresa mantiene en estas fechas idénticos precios a los del pasado junio, cuando alcanzaron su pico más bajo de la temporada.
Las plantaciones, además, han crecido demasiado. La Administración, y los propios agricultores, son partidarios de la diversificación de la producción agrícola en la zona. Ya se han plantado 1.000 hectáreas de cítricos en la costa onubense. Pero tardarán unos cinco años en hacer rentables sus frutos.
Por ello, la fresa "es vital" para la economía de Huelva, según el senador socialista Antonio García Correa: "Gracias a esa actividad agrícola resolvemos en parte el grave problema de paro, y además proporcionamos empleo a trabajadores de Extremadura y de otras localidades de Andalucía". El 55% de los braceros son de Huelva, y el resto proceden de Sevilla, Cádiz y Badajoz. También hay rumanos y marroquíes.
Un importante problema para el sector, que se repite todos los años, radica en los ataques de agricultores franceses contra camiones cargados de fresas procedentes de la provincia de Huelva, como el ocurrido la tarde del jueves contra nueve vehículos en una autopista de las proximidades de Narbona (Francia). La indignación se ha desatado en el sector, que solicitado al Gobierno que exija a la Comisión Europea sanciones económicas para Francia. "No se trata de un problema entre agricultores, sino de una cuestión de soberanía nacional", ha dicho Manuel Verdier, gerente de Freshuelva.
El sector ha conseguido finalmente la paz social entre trabajadores y empresarios, después de muchos años de enfrentamientos. El convenio laboral del campo se ha rubricado esta temporada con rapidez y sin problemas. Tiene una vigencia de dos años, contempla una subida salarial del 3,5% y establece 39 horas semanales de trabajo. Los temporeros pueden acceder al subsidio agrario con la realización de 40 peonadas.
Los sindicalistas reconocen que la situación general de estos trabajadores mejora año a año. El principal problema de la actual campaña reside en la escolarización de los niños. "En algunas localidades hay colegios que se ven desbordados de críos. Es una asignatura pendiente", señala Diego Cañamero, del Sindicato de Obreros del Campo (SOC). Los trabajadores afrontan también el problema de los elevados precios de los alquileres de las viviendas. "Son un abuso. Los temporeros se ven obligados a pagar entre 50.000 y 60.000 pesetas mensuales por un piso. Algunas familias prefieren hacinarse en una sola vivienda. Otros duermen en almacenes, junto a los abonos", detalla Cañamero.
Por su parte, el gerente de Freshuelva sostiene que los temporeros no tienen ya muchos motivos de queja. "Las condiciones mínimas para que un trabajador pueda desarrollar su labor se dan suficientemente en Huelva. Los empresarios cumplimos los convenios. Aunque el propio cultivo impone su ley: se trata de una actividad al aire libre, bastante dura a veces".
El sector está encontrando un duro competidor en Marruecos, que oferta precios más económicos, según García Correa. Incluso algunos empresarios de Huelva huyen hacia el Sur donde la mano de obra es más económica y existen menos exigencias medioambientales para los cultivos.
El despegue definitivo de la fresa en Huelva se dio en los ochenta. Los agricultores siguieron el ejemplo de Antonio Medina, considerado el pionero del sector, que aplicó las últimas tecnologías. Los campos se llenaron de máquinas, y se importaron de California semillas que enraizaron rápidamente. El sector hoy día es imprescindible en Huelva.
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