Sobre los adornos
Todo el mundo se tiene que quejar por algo; si no es lo uno es lo otro. En este caso, los madrileños nos quejamos de los nuevos contenedores de papel y pilas y de las torres publicitarias. Yo no opino sobre este tema, pero voy a añadir dos puntos:
1. Sobre las torres publicitarias, que es por lo que más protesta la gente, no sé si son feas o bonitas, pero el caso es que son más bonitas que las torres que hay en la N-I a la altura de Continente, al lado de Chamartín o en otros muchos sitios. También estoy de acuerdo con algún periodista (J. M. Romero-J. Casqueiro; EL PAÍS, 5 de abril de 1995) porque en algunos sitios las torres publicitarias no quedan bien, resaltando un estilo clásico contra un estilo futurista.
2. Sobre los contenedores de papel y pilas, tampoco sé si son feos o, bonitos, pero tienen su función. Y si alguien cree que los contenedores de papel son. feos que vaya a la avenida de Lomas del Rey, en San Sebastián de los Reyes. Al principio de la calle, en la acera, verá un armatoste azul de forma más o menos cúbica. Eso sí que es feo, y no lo que hay en Madrid capital. Con respecto a los contenedores de pilas, aquí no hay en la vía pública; sólo hay en los institutos, colegios y centros culturales, así que el que trabaja hasta más de las 20.30 no puede tirar sus pilas; de forma que no sé qué será mejor, tener un contenedor feo o no tener contenedor.
En definitiva, si los quitan, la gente a la que le gustan protestará para que los vuelvan a poner. "Que por qué los han quitado, con lo bonitos que eran y con lo bien que quedaban". El caso es tener algo por lo que protestar.-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.