Las autoridades británicas aplazan a hoy su decisión sobre el 'Chimbote'
Las autoridades judiciales británicas retrasaron 24 horas, hasta hoy, su decisión sobre si acusan al pesquero español Chimbote -apresado el viernes- de pesca ilegal hasta que finalice la inspección del barco. La detención del arrastrero gallego ocurrida en el límite de las 200 millas jurisdiccionales británicas, al suroeste de las islas Scilly, seguía ayer siendo noticia en la prensa. El barco permanece en las instalaciones navales de Devonport a la espera de que se clarifique la existencia de una supuesta infracción o no en la malla de sus redes.El sábado, pesqueros británicos con base en Plymouth, recibieron al Chimbote enarbolando la bandera canadiense. Un gesto que ha causado ya algún pequeño disgusto a los pescadores de la cornisa británica, uno de cuyos arrastreros fue detenido en aguas francesas la semana pasada por lucir la bandera de un país no autorizado en esa zona.
Críticas en la prensa
En el fragor de esta denominada guerra del fletán, las noticias de rutinarios apresamientos de barcos pesqueros españoles han ocupado las. primeras páginas de los rotativos conservadores británicos -la práctica totalidad de la prensa lo es en este país-.
Ante los ojos británicos, Canadá aparecía ayer como la gran triunfadora en la guerra del fletán. Una agria disputa en la que el país norteamericano ha conseguido envolver sabiamente la persecución de sus intereses con el ropaje del conservacionismo. La mayoría de los rotativos se hacía eco además -algunos por primera vez a lo largo de un conflicto que ha durado casi cinco semanas- de las opiniones de los pescadores gallegos, en concreto de las amenazas de incumplimiento del acuerdo expresadas por representantes de los armadores de La Coruña y Vigo.
Irónicamente, el diario que ha desarrollado una campaña más dura en el intento de denigrar a los pescadores españoles, The Dady Telegraph -quizás no sea del todo una casualidad la nacionalidad canadiense de su dueño, Conrad Black- atribuía ayer el relativo fracaso de España en la mesa de negociaciones a la incapacidad de la Unión Europea de actuar como un bloque. Arrimando el ascua a la sardina del pertinaz euroescepticimo británico, el corresponsal en Bruselas del Telegraph señalaba, por ejemplo: "La victoria de Canadá encierra una importante lección. Brian Tobin disfrutaba de una enorme ventaja frente a los españoles: representar a un único país. La posición española se ha visto debilitada por el hecho de pertenecer a la UE, que no la ha apoyado por completo".
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