Aznar defiende el apoyo a los acuerdos con la OLP ante la oposición israelí

José María Aznar reafirmó ayer en Jerusalén su apoyo y el de su partido al proceso de paz en Oriente Próximo, incluso después de haberse entrevistado con los halcones del Likud, el movimiento nacionalista en la oposición israelí, con el que el Partido Popular mantiene mayores afinidades ideológicas que con el Gobierno laborista de Issac Rabin. La entrevista que Aznar debía mantener hoy por la mañana en Gaza con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina quedó ayer aplazada hasta el miércoles, al iniciar Yasir Arafat de madrugada un inesperado viaje a El Cairo.

El viaje de Arafat está directamente relacionado con la detención ayer por las autoridades palestinas de 150 sospechosos de pertenecer a movimientos fundamentalistas violentos (ver página 8). Los palestinos ofrecieron a Aznar y el resto de la delegación del PP, los diputados Javier Rupérez y José María Robles Fraga, celebrar la entrevista hoy de madrugada, antes de la partida de Arafat. Aunque el traslado estaba preparado, el presidente del PP optó por no trasladarse a la franja de Gaza por la noche por razones de seguridad, tras consultar con el embajador de España en Tel Aviv.En su entrevista con el primer ministro, Isaac Rabin, Aznar le presentó diez propuestas para la conferencia de seguridad del Mediterráneo que se celebrará en Barcelona.

Aznar ha considerado "materia de Estado" las relaciones exteriores españolas desde que está al frente del PP. Por este motivo, desde hace años se esfuerza en proyectar hacia los países con los que las relaciones son más sensibles, por ejemplo Marruecos, mensajes de que un cambio de Gobierno en Madrid no alterará la posición española.

Este es el sentido de la visita oficial del líder del PP para las autoridades israelíes, que le han ofrecido el programa de contactos y visitas que realizan los primeros ministros en ejercicio. Aznar se entrevistó ayer con el presidente del Estado de Israel, Ezer Weizman, y con el primer ministro, Rabin, ambos laboristas.

Continuidad

Esta garantía de continuidad de la posición española está en el trasfondo de la invitación que Rabin le dirigió personalmente en Madrid. El primer ministro le agradeció ayer al presidente del PP en términos calurosos haber aceptado la invitación y se mostró interesado, durante el encuentro de 45 minutos, por la evolución de la política española.

Pese a a su alineamiento con la izquierda, Weizman ha reiterado, tras los atentados del domingo que costaron la vida a seis israelíes, su llamamiento a detener el proceso de paz hasta que las autoridades palestinas garanticen la persecución de los terroristas. Una posición aún más crítica mantiene el Likud, con cuya delegación se reunió ayer Aznar durante más de una hora en el Knesset, el parlamento israelí.

Aunque Aznar reiteró ante la oposición israelí el compromiso español con el proceso de paz, también dijo que comprende la preocupación de los diputados nacionalistas por las garantías de seguridad y la exigencia a los responsables palestinos de que combatan a los sectores radicales que fabrican y colocan los coches bomba.

Ante la eventualidad de un cambio político en las elecciones de dentro de año y medio, que el Likud quiere anticipar, Aznar manifestó su confianza en que el movimiento nacionalista "también trabajará por la paz, aunque pueda hacer una interpretación distinta" de los acuerdos con la OLP. "No sólo hay un camino para la paz", señaló. El presidente del PP invitó a una delegación del partido nacionalista a visitar España.

Aznar cerró un agotador programa de encuentros y entrevistas con una cena que le ofreció el antiguo embajador en Madrid, Shlomo Ben Ami, con otras personalidades israelíes vinculadas a la cultura hispánica.