Matanzo suelta cuatro frescas de despedida

VIENE DE LA PÁGINA 1"Espero que hoy cuando oiga el pregón de la Semana Santa pueda mirar a nuestro padre Jesús a la cara como yo lo voy a mirar", añadió Matanzo. "Por eso cumplo mi promesa; y esta manzana, hoy me voy a saltar el régimen y no le voy a pegar ningún bocado para que dure hasta el 28 de mayo", prosiguió sin que nadie entendiese muy bien ni la estructura sintáctica de la frase ni qué quería demostrar con la manzana. Más tarde matizó que seguirá como concejal hasta el final de este mandato (dos meses) y que pedirá la baja en el PP hoy o mañana.

El alcalde declinó, al terminar el pleno, hacer comentario alguno referente a las palabras de Matanzo. El presidente regional del PP, Pío García Escudero, fue conciso: "Personalmente, le deseo todo lo mejor; y políticamente, como es obvio, no".

Tetera de tila

Matanzo fue relevado en la concejalía del distrito Centro en febrero de 1993, tras el enfrentamiento con el entonces edil de Cultura, Pedro Ortiz, por el intento de cierre del teatro Alfil, ordenado por Matanzo.

Desde entonces, el ex edil de Centro ha sido asesor del alcalde en materia de abastos. Hace un año se bebió una tetera de tila en un pleno para protestar por el retraso en su nombramiento como concejal de abastos. Nunca llegó a serlo, puesto que permaneció como asesor. El borrador del decreto que le devolvería a las tareas de gobierno le dejaba vacío de contenido y sin presupuesto. Se rompió la baraja y Matanzo siguió en un despacho con dos secretarias por toda tropa a sus órdenes.

Con el Partido Por Madrid -que según Matanzo se ha creado especialmente para él y en el que participan comerciantes y empresarios-, el ex edil de Centro planea impedir la mayoría absoluta del PP en el Ayuntamiento de Madrid.

Él calcula que puede lograr entre cinco y siete concejales, pero el hecho es que necesita unos 60.000 votos para sacar el primero, según el reparto de concejales que se desprende de la ley electoral.

En el PP nadie cree que Matanzo pueda acumular tantas papeletas, pero no las tienen todas consigo: 40.000 votos para Matanzo significan que se quedaría sin sillón en el pleno, pero a la vez pueden acarrear la pérdida de varios concejales para el PP. Matanzo confía en su tirón popular en el distrito Centro y la simpatía que, según afirma, sienten por él los funcionarios, con los que departe en tono campechano habitualmente. Matanzo no ha confesado de momento cuánto dinero (es un acaudalado comerciante cárnico) se gastará en la campaña electoral.

El cartel -sólo su foto con un fondo azul celeste- ya está impreso. "¿Quién se atrevería a no poner su nombre en la propaganda? Eso sólo lo puedo hacer yo", se ufana Matanzo.