Herencia
Los abajo firmantes, ante el artículo publicado el día 16 de marzo en su prestigioso diario con el título La Comunidad legaliza por decreto la situación de 15.000 falsos propietarios de vivienda pública, tenemos el deber y derecho de manifestamos, ateniéndonos a la verdad y solamente a la verdad.Estos pisos de San Blas (la zona más afectada), efectivamente pertenecieron a la antigua Obra Sindical del Hogar. El Ivima (Instituto de la Vivienda de Madrid) se encontró con unos bienes que no eran suyos, vamos que los han heredado, y ahora quieren hacer el negocio del siglo a costa de los más necesitados.,
Las viviendas fueron adjudicadas en el año 1962 (la mayoría) a gente que vivía en chabolas y barriadas marginales.
La superficie de estas viviendas oscila entre 28 y 40 metros cuadrados y el precio de adjudicación provisional del año 62 varía entre las 89.000 y 107.000 pesetas, según figura en los contratos de adjudicación.
O sea, de momento dejamos' claro que se adjudicaron en el ano 1962 y no hace 16 años, como ustedes dicen, sino más bien hace 33 años.
El Instituto de la Vivienda de Madrid, hasta hace dos o tres años, no se ha preocupado para nada de su patrimonio heredado de la época franquista. De lo único que se ha preocupado es de que los que ocuparan los pisos (legales e ilegales) pagaran el recibo de la casa, y ya está.
¿Cómo se ha dado lugar a estas ventas ilegales de pisos?
Pues muy sencillo: los primeros ocupantes de contrato de adjudicación estaban divididos en tres grupos: familias numerosas, futuros matrimonios y ex combatientes de la contienda nacional". La mayoría estaba formada por matrimonios- ya mayores. Los hijos se fueron independizando; total, que los padres ya ancianos optaron por vender piso y volver al pueblo donde nacieron. Este caso es el de más del 80%.
¿Quiénes los han comprado ilegalmente? El 95% son matrimonios jóvenes que no han visto otra oportunidad más barata (de dos a cinco millones de pesetas), para lo cual han tenido que pedir un préstamo al banco y estar pagando del orden de 45.000 pesetas al mes durante cinco años.
Y todo esto sin ninguna conflictividad social, incluso con contratos particulares y los menos ante notario. Ahora pretenden venderlos pisos por cifras de entre dos asiete millones de pesetas. ¡Toma ya! ¡Viva la corrupción! Total, una más no se va a notar..
Y ahora, ¿qué pasa? Pues que todos, el Ivima, la Comunidad de Madrid, los sindicatos, partidos políticos y, lo que es peor, asociaciones de vecinos, con su anuencia machacan aún más a estos jóvenes matrimonios en vez de defenderlos a cal y canto. Todos estos organismos mencionados, repito, están como los buitres oteando la carroña que se, avecina.
Este barrio está acostumbrado a toda clase de manifestaciones, políticas, contra la droga, por las viviendas, etcétera.
Aquí puede pasar algo muy gordo. Que lo tengan bien presente las instituciones con sus medidas antisociales y anticonstitucionales.
Por sí no lo saben, hay un artículo en la Constitución Española que dice: "Todo español tiene derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada".
"Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho" (artículo 47), y en la Declaración de Derechos Humanos, en el artículo 25.1 dice taxativamente: "Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado, que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar y en especial la alimentación, el vestido y la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios". Así que, como van a echamos a la calle a la mayoría, con las medidas que han tomado, para que no se "note tanto" y hacerlo más legal, que cambien antes la Constitución Española y la Declaración de los. Derechos Humanos.
(Y después hablan del Tercer Mundo... Nosotros somos por lo menos el quinto).-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.