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'Señores X'

Cine X , 13.00 horas. Patio de butacas semivacío. Público masculino en localidades aisladas. Mujeres en pantalla. Gemidos por diálogo y algún discreto paseo hacia los servicios. "Verá que es como un cine normal", tranquiliza el encargado. Hay caballeros con y sin corbata, de edades variadas. Los espectadores entran y salen del cine por goteo -cosas de la sesión continua- y mirando antes hacia la calle."La gente todavía viene a escondidas a los cines X", asegura el responsable de la antigua sala Cervantes, Luis Ayuso. En dos de las salas del distrito Centro señalan que el grueso del público está formado por homosexuales mayores en busca de contactos.

Las películas X, pródigas en títulos chocarreros, proceden sobre todo de Estados Unidos, Holanda y países nórdicos como Dinamarca, explican en el Ministerio de Cultura.

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Los cines pornográficos languidecen

Los cines X no son el único refugio público para el cine porno. También se pueden contemplar estas película. en los sex shops. Mientras en los primeros la entrada -entre 600 y 700 pesetas- da derecho a dos películas, en los segundos se dispone de cabina individual para ver la cinta que se elija y con un sistema propio de tragaperras: la introducción de una moneda de 20 duros da derecho a tres minutos de película.

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